REVISTA CIENTÍFICA UISRAEL
QUITO-ECUADOR
2024
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REVISTA CIENTÍFICA UISRAEL – VOL. 11 NÚM. 2 – MAYO AGOSTO 2024
1.1. La motivación del alumnado de FP
El concepto de motivación es intrincado y ambiguo, con diversas deniciones e interpretaciones.
Según la Real Academia de la Lengua (RAE), se describe como “el conjunto de factores internos
o externos que inuyen en las acciones de una persona”. Asimismo, la desmotivación se dene
como la “falta o pérdida de motivación” (RAE, 2017). Estas deniciones reejan la complejidad del
término y cómo puede ser afectado por factores internos y externos, llevando a un amplio rango de
interpretaciones en el contexto de las acciones humanas. Distintas teorías ofrecen interpretaciones
diversas de la motivación: los conductistas la vinculan a necesidades siológicas; el psicoanálisis
la conceptualiza como un fenómeno psicofísico que abarca necesidades básicas y procesos
inconscientes; los humanistas la sitúan en necesidades biológicas, aunque no exclusivamente; y
los cognitivistas la consideran el resultado de la interpretación individual de estas necesidades y
eventos (de Caso Fuertes, 2014).
Existen dos tipos de motivación: la extrínseca, donde la acción se realiza para alcanzar una
meta externa o recompensa, y la intrínseca, que implica la satisfacción inherente derivada de la
actividad en sí misma, sin necesidad de refuerzos externos, representando la tendencia humana
a buscar desafíos, aprender y expandir capacidades (Pérez y Franco, 2019). En relación con
esta última, se plantea una opinión polémica al sugerir que los alumnos tienden a transformar
la motivación intrínseca que poseen desde el nacimiento, disminuyéndola y convirtiéndola en
motivación extrínseca a medida que avanzan en la educación escolar (de Caso Fuertes, 2014).
Se trata de un constructo complejo multidimensional que involucra procesos cognitivos, afectivos,
conductuales y relacionales del estudiante, afectados por factores como edad, sexo, inteligencia,
personalidad y aspiraciones (Pérez y Franco, 2019). Algunos autores ha señalado que la
motivación está inuenciada por la satisfacción de tres necesidades intrínsecas: autonomía,
competencia y relación, que a su vez están positivamente relacionadas con la motivación
intrínseca y la regulación (Van den Broeck et al., 2016; Moreira et al., 2019). Paradójicamente,
a pesar de que la proximidad de los aprendizajes al mercado laboral se considera una fuente
adicional de motivación, los estudiantes de FP se encuentran desconcertados ante el futuro
y las propias decisiones. Esto se debe según Fauzan et al. (2023) a que la experiencia de
aprendizaje no se ha optimizado adecuadamente para preparar a los estudiantes de manera
ecaz para el trabajo y, como consecuencia, persiste la baja motivación de estos, quienes acaban
desconectados del sistema. Al respecto, Vinaderet al. (2021) consideran necesario articular
acciones que permitan que la FP se convierta en una alternativa viable a la educación obligatoria,
asegurando una rápida inserción laboral en empleos relevantes para la formación experimentada.
La FP no es un método de enseñanza, sino un componente presente en el aprendizaje, que
requiere considerar las capacidades, pensamientos del estudiante y su entorno, ya que el interés
y el esfuerzo pueden ser inuenciados por estos elementos (de Caso Fuertes, 2014). De ahí
que, cuando se consideran los intereses y necesidades de los estudiantes, la motivación por el
aprendizaje se incrementa, especialmente si comprenden el propósito de la tarea, los objetivos del
curso, las necesidades de aprendizaje y los requisitos de las actividades (Sun y Cheung, 2020).
Además, para unas prácticas educativas efectivas que inuyan positivamente en los resultados
obtenidos por los alumnos, son fundamentales la planicación, programación y organización de