REVISTA CIENTÍFICA UISRAEL
QUITO-ECUADOR
2025
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REVISTA CIENTÍFICA UISRAEL – VOL. 12 NÚM. 1 – ENERO ABRIL 2025
3.2. Hallazgos en la producción cientíca publicada en Scopus.
Analizar los hallazgos que reeren las producciones cientícas indexadas en Scopus en esta
revisión sistemática tuvo como punto de partida una necesaria precisión de la denominación que
subyace en cada trabajo respecto a las competencias investigativas, debido a que un grupo utilizó
la denominación competencias investigativas y otros grupos de autores utilizaron el de habilidades
investigativas.
Respecto a la denominación competencias investigativas es utilizada por Zarraga y Cerpa (2023),
Gussen et al. (2023), Enriquez et al. (2023), Sánchez y Rodríguez (2023), Campos et al. (2022)
Zapata (2022), Chávez et al. (2022), Garay et al. (2021), Prosekov et al. (2020), Galustyan et
al. (2020), García y Aznar (2019), Bucheli et al. (2019), Cardoso y Cerecedo (2019), Knyazyan y
Mushynska (2019). El término competencia proviene del latín competens, que signica “ser capaz
de” y en el ámbito educativo alude a capacidades complejas que permiten a los estudiantes pensar
y actuar en diversos ámbitos. Ahora bien, las competencias investigativas constituyen acciones
integrales que permiten identicar, interpretar, argumentar y resolver problemas propios del
contexto, de manera apropiada y ética, considerando el “saber ser, el saber hacer y el saber saber”
(Tobón et al., 2010). En los estudios que utilizaron la denominación competencias investigativas
subyace en esencia esta concepción.
Considerando los estudios revisados, las competencias investigativas constituyen capacidades
que hacen posible emplear los conocimientos cientícos de un individuo para identicar
problemas, adquirir nuevos conocimientos, explicar fenómenos cientícos y extraer conclusiones
(Chávez et al., 2022). Están orientadas a identicar, formular, cuestionar, planicar, desarrollar,
liderar, ejecutar y reportar los resultados de un trabajo de investigación (Garay et al., 2021).
Incluyen capacidades analíticas, pronósticas, reexivas y comunicativas para el desarrollo de una
investigación (Campos et al., 2022; Knyazyan y Mushynska, 2019), que implican componentes
cognitivos, metacognitivos, motivación, experiencia social y profesional del sujeto (Cardoso y
Cerecedo, 2019), pero también procesos como el pensamiento crítico y el razonamiento ético
(Gussen et al., 2023; Galustyan et al., 2020), así como las cualidades personales (Prosekov et al.,
2020; Cardoso y Cerecedo, 2019).
Las competencias investigativas implican la movilización de los saberes conceptuales,
procedimentales y actitudinales para resolver las problemáticas que se les presenten (Bucheli
et al., 2019), sobre la base de principios éticos, compromiso social y responsabilidad cientíca
(Zarraga y Cerpa et al.,2023), por lo que constituyen un componente transversal a cualquier carrera
(García y Aznar, 2019), siendo cruciales para el desempeño profesional exitoso (Enriquez et al.,
2023) y para aportar efectivamente al desarrollo de la sociedad (Sánchez y Rodríguez, 2023).
Asimismo, es importante la utilización de herramientas digitales para manejar con eciencia y
rapidez los procesos investigativos (Zapata, 2022).
Acerca de la denominación habilidades investigativas es empleada por Ipanaqué et al. (2023),
Guerra et al. (2023), Romaniuk et al. (2023), Ciraso et al. (2022), Estrada et al. (2022), Díaz y
Cardoza (2021), Vera et al. (2021), Rodríguez et al. (2020), Sokolova y Gilmutdinova (2019), Alfaro
y Estrada (2019) y Poh y Kanesan (2019. Las denominaciones “competencias investigativas” y