https://doi.org/10.35290/rcui.v10n2.2023.754
Los deberes escolares de y para la casa: implicaciones,
limitaciones y desafíos desde la perspectiva de padres
de familia en tiempos de COVID 19
Homework at home: implications limitations and challenges from
the perspective of parents in times of COVID-19
Fecha de recepción: 2022-11-29 Fecha de aceptación: 2023-04-11 Fecha de publicación: 2023-05-10
Luis David Velasco-Almachi 1
Escuela de Formación de Policías Píllaro - CELEC, Ecuador
davidvelasco.ldva@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-0405-0908
Ana Gabriel Pimbo-Tibán 2
Instituto Superior Tecnológico España, Ecuador
ana.pimbo@iste.edu.ec
https://orcid.org/0000-0001-6964-9244
Evelyn María Guerrero-Casquete 3
Unidad Educativa Tomas Sevilla, Ecuador
evelyn.guerreroc@educacion.gob.ec
https://orcid.org/0000-0001-7400-9858
Evelyn Viviana Chiliquinga-Campos 4
Universidad Central del Ecuador, Ecuador
evchiliquinga@uce.edu.ec
https://orcid.org/0000-0002-4900-8893
Resumen
En el primer trimestre del 2020, ante la alerta sanitaria por el COVID-19, se determinó
un cierre inesperado de los centros escolares. Centros educativos y docentes, ante la
situación de confinamiento, adaptaron temarios, actividades y forjaron ambientes de
aprendizaje virtuales, transformando así el modo tradicional de enseñanza-aprendizaje,
donde los estudiantes ya no están frente a una pizarra, sino frente a una pantalla. En este
sentido, el objetivo del presente estudio es determinar las implicaciones, limitaciones y
desafíos de los deberes escolares de y para la casa, desde la perspectiva de los padres de
familia. Las modalidades de investigación fueron bibliográficas y de campo, los niveles
fueron exploratorio y descriptivo. La muestra fue configurada por 60 padres de familia,
pertenecientes a los sectores de Izamba, parroquia rural de Ambato. La selección de la
muestra fue mediante la aplicación de la técnica de muestreo no probabilistico por
intencional. La recogida de la información se ralizó con la aplicación de la técnica de la
encuesta y como instrumento se aplicó el cuestionario. Los resultados indican que las
tareas escolares intentaron ser una herramienta de un refuerzo en el proceso de
enseñanza aprendizaje virtual o telemática en tiempos de pandemia.
Palabras claves: pandemia, consecuencias, tareas, estudiantes y educación.
Abstract
In the first quarter of 2020, in the face of the COVID-19 health alert, schools were
unexpectedly closed. Educational centers and teachers, faced with the situation of
confinement, adapted syllabi, activities and created virtual learning environments, thus
transforming the traditional way of teaching-learning, where students are no longer in
front of a blackboard, but in front of a screen. In this sense, the objective of this study is
to determine the implications, limitations and challenges of homework from and for
home, from the perspective of parents. The research modalities were bibliographic and
field, the levels were exploratory and descriptive. The sample was made up of 60
parents from Izamba, a rural parish of Ambato. The sample was selected by applying
the non-probabilistic and intentional sampling technique. The information was collected
through the application of the survey technique and the questionnaire was used as an
instrument. The results indicate that homework was intended to be a tool to reinforce
the virtual or telematic teaching and learning process in times of pandemic.
Keywords: pandemic, consequences, homework, students and education.
Introducción
Los deberes escolares se fundamentan como un medio para lograr la relación familia-
escuela, pero en el tiempo de pandemia y confinamiento se convirtieron en un
problema que agobió a los estudiantes, obstaculizó la recreación de los mismos y la
relación con sus familias; adaptó un sistema de enseñanza-aprendizaje que tomó
como referencia las tareas escolares para cumplir con la totalidad de los temarios,
lograr aprendizajes y para poder llegar con el conocimiento a todos y cada uno de los
estudiantes. Generalizar que la eficacia del proceso pedagógico en pandemia fue
enmarcada en el cumplimiento de tareas, es equívoco porque este tema se convirtió
en un aspecto para cumplir con la totalidad de los temarios sin importar si los
estudiantes aprendieron o no; un aspecto de mero cumplimiento para ascender a un
grado superior, mas no para generar aprendizajes, reforzar conocimientos u
desarrollar habilidades o competencias. En este contexto, al realizar una búsqueda
minuciosa se encontraron investigaciones que aportan al desarrollo de esta
investigación; entre las cuales a continuación se citarán las más relevantes:
Vázquez y D’Avanzo (2009) en su obra de trabajo empírico de diagnóstico e
intervención; manifiestan que las tareas escolares constituyen un espacio para el
desarrollo de capacidades metacognitivas y también para desarrollar hábitos de
estudio; esto no resulta de manera automática, sino dependerá de cómo sean
propuestas, formuladas, guiadas y evaluadas; estas deben ser corregidas y valoradas
oportunamente. El propósito de las tareas no es percibido del mismo modo por los
estudiantes, docentes y padres; de tal manera, para que las tareas constituyan un
espacio para desarrollar capacidades metacognitivas y sean percibidas como
actividades constructivas y en beneficio del aprendizaje, estas deben ser congruentes
y adaptadas u diversificadas a los propósitos de la tarea, su desarrollo curricular, a las
diferencias y necesidades de los estudiantes.
Por su parte, Núñez et al. (2015) muestran que la implicación familiar, la
delimitación de un espacio para realizar las tareas y las actividades diarias ayudan a
mantener viva la motivación para abordar los deberes, pero también enfatizan que los
niños participan en los deberes, no por entusiasmo e interés propio, sino por el deseo
de agradar a otros, el sentido del deber o para evitar castigos y, en muchos de los
casos, para evitar problemas o complacer a sus padres.
Bailén y Polo (2016) sostienen que el sistema educativo debe apostar por una
educación emancipadora que conlleve a construir normas, leyes, proyectos
curriculares, proyectos educativos, programaciones didácticas en base a la
interdisciplinariedad, con el fin de generar estudiantes con visión, sueños y que les
ayuden a conocer cómo es su mundo, pero al mismo tiempo les direccione a imaginar
otros futuros mejores y plantear alternativas para alcanzarlos. Los autores plantean
un cambio en la denominación del término histórico “deberes”, pues este conlleva
una escasa motivación para su ejecución; sugieren en cambio el concepto “reto”, que
sería un concepto más implícito y asociado a buscar y encontrar motivación.
Fernández-Freire et al. (2019) afirman que, para determinar la eficacia de las tareas
escolares en casa, y, beneficien el rendimiento académico, deben estar conectadas
con los objetivos de cada nivel educativo y deben ser planteados con un volumen
asumible de trabajo para el estudiante, a más de ello, deben apoyar a las metas
educativas de cada centro.
Las tareas escolares se consideran como una oportunidad para generar y reforzar
aprendizajes y, por otro lado, como un medio para privar a los niños/ as de otras
actividades que sea de su deleite, que pueda disfrutar sin sentirse frustrados; como
una actividad desmotivante y poco creativa. Cooper (2001) citado en Regueiro et al.
(2015) define los deberes escolares como tareas asignadas por para los educandos
por los educadores para ser realizadas en horarios no escolares, constituyéndose así
en una de las actividades cotidianas en la vida estudiantil.
Por otro lado, el Acuerdo Ministerial Nro. MINEDUC-2018-00067-A la define como
“trabajos complementarios a los realizados dentro del aula, que el docente solicita a
sus estudiantes, tomando en cuenta la planificación curricular y las necesidades de
aprendizaje de los estudiantes, observando su realidad, para que sean elaborados
fuera de la jornada escolar, en un tiempo determinado y con objetivos académicos y
formativos prestablecidos, permitiendo que el estudiante refuerce y practique lo
aprendido en clase” (Mineduc, 2018a, p.4).
Mientras que Canalda et al. (2010) los precisa como actividades de apoyo ante lo
tratado, explicado o aprendido en el aula; pudiendo hablarse de ejercicios,
elaboración de esquemas, lecturas, repaso para lecciones o estudiar para un examen
para el día o días siguientes en la práctica, tratándose de actividades y consolidación
sobre lo enseñado y aprendido. Las tareas escolares tienen un carácter
complementario y no pueden sustituir a las actividades pedagógicas de aprendizaje
dentro del aula (Mineduc, 2018a). Son una de las herramientas más utilizadas para
conocer y profundizar los diversos contenidos curriculares, reforzar o poner a prueba
aquello que ha aprendido y potenciar el aprendizaje significativo (Muñoz y Lluch,
2020).
Alrededor de 1920 se instauraron las tareas escolares en el sistema educativo en el
que se fundamentó como un trabajo extra que los estudiantes deben llevarse a casa.
López y Gáfaro (2003) afirman que la función principal de las tareas siempre
dependerá de los objetivos específicos que se proponga el docente, pero enfatiza que
estas ya tienen propósitos determinados. Siendo estas:
Controlar el desarrollo evolutivo del proceso de aprendizaje de los estudiantes; a
través de ello, el docente se da cuenta si debe reforzar o no en algo, o, por el
contrario, puede continuar con el programa académico.
Crear y generar hábitos de estudio, herramientas y métodos académicos para
repasar, ejercitar y practicar lo aprendido.
Fomentar la autonomía del estudiante, generar habilidades de planificación y uso
adecuado de su tiempo y para poner en práctica todo su potencial intelectual.
Impulsar en los estudiantes el uso de diferentes recursos como Internet,
bibliotecas y medios de uso masivos.
Permitir la exploración más detallada de temas de interés, cosa que no se puede
realizar en el corto tiempo de clase.
Aplicar las diversas destrezas aprendidas en clase.
Permitir a los padres saber qué y cómo están aprendiendo sus hijos.
Mejorar el razonamiento, la memoria, el pensamiento crítico y la formación de
conceptos, ya que por medio de ellas los estudiantes procesan diferentes tipos de
información.
Impulsar el desarrollo de responsabilidad; realizar solos las tareas son
responsables por lo que han hecho y si no las presentan a tiempo deben asumir el
castigo por su irresponsabilidad.
El Mineduc (2018a) en el Acuerdo ministerial Nro. MINEDUC-MINEDUC-2018-
00067-A Art. 4. plantea que, las tareas escolares están orientadas para que los
estudiantes:
Practiquen y refuercen todas y cada una de las destrezas aprendidas durante la
clase.
Trabajen de manera independiente, autónoma y crítica.
Amplíen las experiencias y el conocimiento en relación a diversos temas o
situaciones problemáticas inmersas en cada área curricular.
Se preparen para la siguiente clase.
Fomenten el valor de responsabilidad.
Desarrollen hábitos de estudio.
Desarrollen habilidades de investigación, lectura, de reflexión y habilidades
creativas.
Gestionen de manera efectiva su tiempo.
Equilibren entre las responsabilidades académicas, responsabilidades del hogar y
sus tiempos de recreación.
Estos objetivos son aplicables para todos los estudiantes sin importar el nivel en el
que se encuentren cursando, de esta manera apoyar el tiempo limitado en el aula,
ejercitar y fortalecer el aprendizaje. Para que se desarrolle el cumplimiento de estos
objetivos, el planteamiento de dichas tareas debe estar orientadas hacia metas y fines
que apunten a consolidar conocimientos adquiridos, fomentar hábitos de
responsabilidad y desarrollar la autonomía de los estudiantes; con instrucciones
claras, actividades adecuadas, agradables y atractivas, porque de lo contrario, los
objetivos estipulados no serán alcanzados y resultarán ineficaces.
La política interna de tareas escolares debe ser elaborada en función de la
Planificación Curricular Institucional (PCI) y del Proyecto Educativo Institucional;
con el fin de contribuir en la toma de decisiones pedagógicas. Esta debe poseer
lineamientos claros, sobre cómo diseñar correctamente una tarea que guíe el
cumplimiento de objetivos e indicadores de aprendizaje y potencie la creatividad e
innovación para fortalecer el aprendizaje respondiendo a las necesidades educativas,
edad y nivel formativo de los educandos.
En respuesta a la política educativa, los docentes deben elaborar de manera
consensuada con otros docentes la planificación semanal de tareas escolares en
relación al nivel formativo, carga horaria y asignatura, siempre considerando la
realidad colectiva e individual de los estudiantes. En la planificación semanal de
tareas se debe considerar lo siguiente: enviar hasta dos tareas por día en el transcurso
de la semana entre el día lunes a jueves y no enviar tareas en los días viernes, fines
de semana o feriados; puesto que este tiempo debe ser utilizado para recreación,
familia o lectura. Estas tareas podrán ser evaluadas de manera cuantitativa o
cualitativa, el tipo de evaluación a desarrollarse dependerá del objetivo planteado; los
resultados de dicha evaluación servirán de insumos para la toma de decisiones
pedagógicas pertinente (Mineduc, 2018b). Esta reducción de tareas ayudará a
optimizar el tiempo en familia, potenciar la realización de actividades extraescolares
y de recreación.
El Mineduc (2018b) en la guía de tareas escolares plantea diversas sugerencias para
planificar, elaborar y evaluar las tareas escolares, para que estos no impliquen
sobrecarga de trabajo, ni para los estudiantes, ni para los docentes. Al planificar las
tareas, se deben tomar las siguientes consideraciones:
a) La diversidad del aula: tomando en cuenta que el aula representa un espacio
heterogéneo. Existes diferencias en ritmos de aprendizaje, condiciones
socioeconómicas, culturas, procedencia étnica, por lo tanto, el docente debe
adaptar su metodología y diversificarla de manera que todos los estudiantes
puedan acceder a los aprendizajes básicos imprescindibles y potenciar sus
aprendizajes deseables.
b) El ritmo académico del grupo: observar el desenvolvimiento del grupo, a partir
de ello planificar tareas estimulantes que desarrollen los aprendizajes, potencien
capacidades intelectuales, adaptándolas a sus requerimientos, sin que estas
causen frustración y les posibilite tener tiempo para ejercitarse y aprender.
c) La condición, social, cultural, económica y lingüística de los estudiantes: el
rendimiento escolar de los estudiantes tiene relación con los factores personales,
socioeconómicas, familiares, infraestructura, acceso a las TIC y culturales. Es por
ello que en el diseño de tareas no se debe desatender las condiciones del
contexto, sino debe ser un gran aliado para el desarrollo de las mismas.
d) Las condiciones de salud: la población estudiantil puede presentar condiciones
de salud que impliquen asistencia, consultas, terapias o tratamientos. Para este
grupo vulnerable se debe considerar dosificación, diversificación y pertinencia de
las tareas escolares.
e) Privilegiar la calidad de las tareas por encima de la cantidad: Identificar
cuáles son las falencias en los estudiantes, a partir de ello direccionar tareas
pertinentes para desarrollar habilidades y potenciar aprendizajes. De manera que
las tareas sirvan para estimular en el estudiante el aprendizaje, la confianza en sí
mismo y sus diversas potencialidades.
f) La integración familiar: el involucramiento de la familia y el apoyo constante
en casa fortalece lazos familiares, pero la sobrecarga de tareas y la dificultad que
estas representan pueden influenciar para que los representantes terminen
haciéndolas; con el fin de disminuir tiempo y obtener buenas calificaciones, los
representantes legales deben dar seguimiento, apoyo y supervisar el
cumplimiento de tareas, cabe recalcar que es el estudiante quien debe reforzar sus
conocimientos.
g) Elaboración de instrumentos de evaluación para las tareas escolares: es
necesario que el docente informe y el estudiante esté informado sobre qué y
cómo se va a evaluar en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Generar
instrumentos de evaluación que cuenten con parámetros e indicadores que
validen la pertinencia, calidad, importancia, complejidad y alcance de los trabajos
enviados.
Durante la emergencia sanitaria el portafolio se consideró como una herramienta de
“organización, archivo de las tareas escolares solicitadas a los estudiantes durante la
fase de educación en casa y que se mantiene durante la fase de “Juntos prendemos y
cuidamos” es también una herramienta de trabajo estudiantil” (Mineduc, 2020a, p.8).
Este portafolio representó una visión más amplia de lo que el estudiante sabe y puede
hacer; este refleja la recopilación de las actividades de aprendizaje del estudiante, su
esfuerzo y logros alcanzados.
Estos debían ser elaborados dependiendo de la realidad de cada estudiante y
utilizando de forma creativa los materiales que estén a su alcance como: cuadernos,
carpetas, hojas de papel o recortes y este será evaluado a partir de la de una rúbrica:
En esta rúbrica se encontraba un apartado de los datos personales como: nombre del
estudiante, grado paralelo, fecha y docente que evalúa. El siguiente apartado se
ponderó mediante la valoración 2, 1.5, 1 y 0.5¸siendo dos la más alta y 0.5 la más
baja; las categorías que se evalúan son: la participación (esta categoría es evaluada
por la familia del estudiante), el contenido (número de evidencias de trabajos por
semana; actividades realizadas y ubicadas en la semana respectiva), presentación
(carátula, evidencias del proceso de aprendizaje, orden y limpieza) (Mineduc,
2020b).
Las tareas constituyen un trabajo para los niños/as, y, por verlo de esta manera,
acarrea consecuencias importantes en la motivación y en los resultados; en el manejo
de la tarea, fracaso o el éxito, pero en ocasiones, puede acarrear patrones de conducta
negativas, frustración e impotencia (Vázquez y D’Avanzo, 2009). La motivación se
ha considerado como parte fundamental en el proceso de las tareas escolares, y al
mismo tiempo los deberes escolares son considerados como un punto que potencia la
motivación de logro del alumnado (Núñez et al., 2015). Pero en la realidad, los
estudiantes se presentan ante los deberes escolares desmotivados, aburridos,
estresados y en soledad, pues, en su mayoría, los padres no pueden estar en casa y
por lo tanto no pueden ayudar. Arribas y Gil (2017) determinan las causar por la que
se genera desmotivación en los estudiantes ante los deberes escolares, estas causas
son:
El motivo de los deberes: en muchos de los casos los deberes son utilizados para
terminar contenidos que no se han desarrollado durante la clase. Pues si el
docente no alcanzó a explicar un cierto contenido, este es enviado a casa para que
se desarrolle y se lo considera como contenido explicado.
El carácter repetitivo y mecánico: los docentes envían muchos ejercicios
iguales; un ejemplo a esto, si en clase se desarrolló el teorema de Pitágoras, pues
la tarea es desarrollar 15 ejercicios de estos. Esta modalidad potencia
aprendizajes de simple copia del razonamiento y en un futuro no serán capaces de
resolver problemas en el contexto real, ya que son formulados de manera
diferente a las que se encuentran en los libros.
Su carácter aburrido: la mayoría de las actividades que se envían a casa no
implican reflexión ni creatividad. Son meramente rutinarios.
Poco útiles: en la mayoría de las ocasiones los estudiantes no consiguen ver la
utilidad de las actividades realizadas en casa, puesto que no existen conexiones
con la realidad de su contexto.
Excesiva memorización: se refiere a memorizar una cantidad de información
ajena y desconectada con la realidad del estudiante. Información que no es
retenida en la memoria a largo plazo y que es desechada después de rendir un
examen.
Desconexión entre el temario y las necesidades reales: no existe ninguna
conexión entre lo que se estudia y lo que desean saber los estudiantes.
La actitud del docente ante los deberes: en ocasiones, los deberes son
utilizados por los docentes como una herramienta para controlar a los estudiantes,
pues si en algún momento estos se portan mal, son amenazados con enviar más
tareas. Por otro lado, la mayoría de veces son enviados al último de la clase,
creando la sensación de que estos son improvisados y poco importantes. Otro
factor también es que algunas veces sucede que los docentes se olvidan que se
envió tarea o son revisadas con aburrimiento y sin entusiasmo, esto provoca que
se cree una visión de una imposición inútil.
El apoyo de los padres de familia es un eje fundamental en el proceso educativo; está
fundamentado en el grado de involucramiento ante las actividades escolareas de sus
hijos; este involucramiento tiene un efecto positivo en el desempeño académico de
los mismos (Bazán et al., 2007). Los padres de familia conciben a la escuela como un
trabajo de doble jornada (escuela - casa) (Bailén y Polo, 2016). En la segunda
jornada; es decir, en casa, estos acompañan a sus hijos en el proceso; estudiando con
ellos, recibiendo archivos, enlaces de uno, dos, tres…. docentes; descargando
materiales; tutorizando la impecable realización de deberes y fotocopiándolas para
que puedan ser entregadas.
Para los padres, las tareas escolares representan un problema cuando estos intentan
ayudar y no consiguen hacerlo, puesto que no logran interpretar lo que sus
representados deben hacer; ya que en algunos casos se presentan padres y madres
poco alfabetizados y sin acceso a información; restringiendo el apoyo en cuánto a
procedimientos y contenidos. Pero a pesar de las limitaciones, muchos de ellos
desarrollan estrategias para brindarles apoyo pedagógico y emocional a sus hijos/as
(Contreras et al., 2012).
Es responsabilidad de los padres, madres o representantes legales involucrarse de
manera activa y directa en los procesos de enseñanza-aprendizaje; dando
seguimiento, apoyo y supervisión para el cumplimiento de tareas por parte de su
representado (Mineduc, 2018b). También de construir un ambiente o espacio
adecuado de actividad independiente y de estudio para el niño/a y proporcionar todas
las herramientas necesarias para que su representado pueda realizar las tareas, pero
sin intervenir de manera directa en la resolución de las mismas, tampoco permitir que
estas sean realizadas por terceras personas (Canalda et al., 2010; Mineduc, 2018b).
Motivar y apoyar a sus representados de manera constructiva y creativa ante
situaciones de dificultad en el proceso de enseñanza-aprendizaje (Mineduc, 2011).
Los docentes deben guiar a los estudiantes en el desarrollo de actividades dentro y
fuera del aula. En el caso de las tareas escolares deben planificarlas en base a
objetivos específicos y explicitados a las necesidades de los estudiantes y a las
condiciones de vida familiar. Baumgarten y Donahue (1998) citados en Vázquez y
D’Avanzo (2009) presentan un modelo para que los docentes puedan planificar con
éxito las tareas, los distribuye en 5 pasos:
1. El docente debe formular por él mismo los propósitos específicos de las
tareas.
2. Debe estar al tanto de las creencias de las estudiantes y de los padres
sobre las tareas para el hogar.
3. Definir la manera de integrar tales creencias y forjar acciones para el
cambio de las mismas.
4. Comunicar de manera oportuna a los estudiantes y padres sobre la
extensión, finalidad y tiempo para realizar las tareas.
5. Debe plantar un plan de tareas que pueda ser comunicado utilizando
diversas estrategias como: carteleras o cuadernos.
La planificación de las tareas es una actividad determinante del docente, una
oportunidad para involucrar la realidad del aula; a partir de la determinación de las
necesidades, intereses e individualidad de los estudiantes ante el grupo. Mediante
esta determinación, plantear situaciones reales, en la que se mida la dificultad,
aproveche diversos recursos que tienen a su disposición e inclusive la reelaboración
de contenidos de la clase y que no solamente sea un repaso o repetición de lo tratado
en el aula.
Las tareas escolares tienen post y contras, pues mediante ellas nace en los estudiantes
el concepto de responsabilidad, se forja la costumbre de terminar con aquello que ha
empezado, a través de ellas el docente puede evaluar el proceso de enseñanza-
aprendizaje y permite trabajar en aquello que está fallando el estudiante y reforzar
(Sánchez, 2015).
Por el contrario, pueden generar hastío en los estudiantes, puesto que les impiden
divertirse y participar en otras actividades (Valle et al., 2017). Las familias detectan
que sus hijos/as tienen que dedicar un tiempo desmesurado en la realización de
tareas, ya que son demasiado los deberes asignados (Feito, 2020). Por ello los
docentes deben dosificarlas. Los estudiantes deben estar informados sobre las
políticas de tareas escolares, definidas por la institución en la que se encuentran
inmersos; siendo su responsabilidad cumplirlas a cabalidad y presentarlas en los días
indicados mediante la programación y planificación elaborada por los docentes en
cuanto a las tareas elaboradas (Mineduc, 2018b). Ser íntegro y mostrar honestidad
académica ante en cumplimiento de tareas y obligaciones (Mineduc, 2011). No existe
una clasificación universal ante los tipos de tareas escolares que hay, pero de manera
general, López y Gáfaro (2003) determinan y caracterizan algunas de ellas.
Atendiendo a las diversas características se pueden diferenciar algunos tipos de
deberes escolares:
Tareas para repasar: ejercitan o refuerzan lo aprendido durante las clases,
permitiendo a los estudiantes dominar todas las destrezas aprendidas en el curso.
Este tipo de tareas suelen ser las más comunes. Por ejemplo, ejercicios de
matemáticas.
Tareas para levantar información sobre un tema específico: conduce a los
estudiantes para averiguar cierto tipo de información y el material necesario para
la elaboración de un proyecto en particular. Por ejemplo, carteleras, recortes,
gráficas, etc.
Tareas para ampliar lo visto en clase: estas potencian las destrezas aprendidas
en clase y van más allá de lo tratado en el aula, para profundizar conceptos y
ampliar conocimientos sobre problemáticas o situaciones nuevas. Por ejemplo,
investigaciones.
Tareas que fomentan la creatividad y despiertan la curiosidad: direccionada
para lograr que los estudiantes deliberen más allá de los aprendizajes
convencionales y fomenten su capacidad de invención y de expresión. Estas
tareas no solo remiten a canales de información tradicionales o a libros, sino
integran al estudiante con el contexto mismo. Por ejemplo, entrevistas, charlas,
proyectos de ciencias.
Para profundizar una temática desarrollada o enseñada en el aula de clases;
profundizar mediante la consulta en libros u otros soportes (Helzman, 1998 citado
en Vázquez y D’Avanzo, 2009).
Para la preparación de un tema que va a ser enseñado y promover el aprendizaje
activo al momento que llega la interacción con el docente. Se halla respuestas y
preguntas, se confirma o adecua conceptos que ha formado el estudiante (Helzman,
1998 citado en Vázquez y D’Avanzo, 2009).
El Mineduc (2018b) sugiere tipos de tareas y tiempos que se deben considerar para
dosificar las tareas. En los niveles de EGB y Bachillerato General Unificado, estos
son:
Preparatoria (1ero): encomendar tareas sobres actividades de aprendizaje
temprano, tales como: hablar, leer, jugar juntos en familia. No se enviarán
deberes.
Elemental (2do, 3ro y 4to): lectura, escritura, diálogos, variedad de juegos,
resolución de problemas cotidianos y múltiples actividades de interacción. El
tiempo máximo semanal sugerido abarca 1h30.
Media (5to, 6to y 7mo): trabajo interdisciplinar y abordaje de problemas
complejos, de manera que estimulen la investigación y creatividad y reflexión
sobre el medio que rodea al estudiante. El tiempo máximo semanal sugerido
abarca 2h
Superior (8vo, 9no y 10mo): forjar el trabajo independiente en el que desarrolle
el análisis, la emisión de juicios, la síntesis y la comprensión. El tiempo máximo
semanal sugerido abarca 2h30
Bachillerato General Unificado (1er, 2do y 3er): actividades en el que se
promueva la gestión de su propio tiempo, la criticidad, el desarrollo de
habilidades investigativas y elaboración de textos. El tiempo máximo semanal
sugerido abarca 3h.
Metodología
El trabajo investigativo fue realizado con los padres de familia, habitantes de la
parroquia Izamba, provincia de Tungurahua, Cantón Ambato, Ecuador. Tuvo un
enfoque cuantitativo de metodología no experimental. De modalidades exploratorio,
con la indagación del problema y el entorno; descriptivo, inicia desde un problema
identificado para especificar las características fundamentales de los deberes
escolares de y para la casa en tiempos de COVID-19 (McMillan y Scbumacher,
2005; Vera et al., 2008). Los tipos de investigación utilizadas fueron bibliográficos y
de campo; la investigación bibliográfica permitió examinar, analizar e interpretar
fuentes documentales realizadas por otros investigadores de esta manera fundamentar
la investigación; de campo porque permitió recolectar de datos directamente de los
sujetos en estudio y del entorno fundamentándose en la realidad misma donde
ocurren los hechos.
La muestra, parte representativa de la población, estuvo conformada por 60 padres de
familia habitantes de la parroquia Izamba. Fueron seleccionados mediante la
aplicación del método de muestreo no probabilístico intencional, a partir de criterios
específicos e interés del investigador.
La recogida de la información se realizó mediante la técnica de la encuesta y como
instrumento el cuestionario, construido mediante un formulario en Google Forms,
siendo aplicado a los padres de familia, pertenecientes a los sectores de Izamba,
Parroquia rural de Ambato; un lugar en donde se caracteriza principalmente por la
presencia de grandes campos y espacios de cultivo, siendo la actividad agropecuaria
una actividad económica principal entre los habitantes del sector y de las zonas
aledañas.
Resultados
Al realizar la tabulación de la información recolectada, se obtuvieron los siguientes
resultados:
Tabla 1
Aspectos Personales Para Implicación en las Tareas Escolares
Alternativas
Frecuencia
Porcentaje
¿Cuál es su nivel de estudio?
Sin instrucción
2
3,3
Primaria incompleta
1
1,7
Primaria completa
4
6,7
Secundaria incompleta
22
36,7
Secundaria completa
16
26,7
Tercer nivel
15
25
¿Cuál es su actividad laboral?
Ama de casa
10
16,66
Agricultor
28
46,6
Profesionista
7
11,66
Obrero
12
20
Estudiante
2
3,3
Militar
1
1,7
Ceramista
0
1,7
¿Posee conocimientos sobre métodos o estrategias para guiar a sus hijos en los deberes escolares dentro del
hogar?
Siempre
1
1,7
Casi siempre
6
10
A veces
27
45
Casi nunca
22
36,7
Nunca
4
6,7
De la siguiente lista, selecciones las dificultades que limitan implicarse en las tareas escolares de sus hijos/as.
Tareas domésticas
3
5
Falta de conocimiento de cómo ayudar a sus
hijos
30
50
Sus hijos no quieren que ustedes supervisen,
ayuden o revisen...,
5
8
Falta de tiempo
22
33,7
TOTAL
60
100,0
Nota. Cuestionario aplicado
En referencia a las respuestas obtenidas en la sección de aspectos personales, para la
implicación de los padres de familia en las tareas escolares de sus hijos, como se puede
ver en la Tabla 1. En relación al nivel de estudio, en un 36,7% de los encuestados
poseen un nivel de estudio de secundaria incompleta, un 26,7% secundaria completa, el
25% tercer nivel, el 6,7% primaria completa el 3,3 sin instrucción y el 1,7 primaria
incompleta. Por consiguiente, la mayoría de los encuestados expresan que poseen un
nivel educativo de secundaria incompleta, en lo general, la mayor cantidad de años en
educación de los padres mayor es el bagaje de habilidades verbales, comunicativas,
cognitivas y relacionales; por lo que influye en la participación activa en las actividades
escolares y en el acompañamiento a sus representados.
En relación a la actividad laboral de los representantes, se obtuvo que en su mayoría se
dedican a la agricultura, obreros y ama de casa. Acerca de si posee conocimientos sobre
todos o estrategias para guiar a sus hijos en los deberes escolares dentro del hogar, la
mayoría afirma que a veces y casi nunca poseen conocimiento sobre diversos métodos o
estrategias para apoyar a sus hijos en el desarrollo de las tareas escolares. Referente a la
selección de las dificultades que limitan implicarse en las tareas escolares de sus
hijos/as, afirman que las razones se enmarcan en que mantienen falta de conocimiento
de cómo ayudar a sus hijos y por falta de tiempo. En concordancia a los presentado
anteriormente, se evidencia que el nivel educativo se condiciona a la ocupación que
poseen los padres, por ende, a la falta de conocimientos sobre métodos y estrategias
para apoyar a sus hijos en el proceso educativo y a la capacidad de regular el tiempo
para su vida laboral y familiar.
Tabla 2
Dificultades ante las Tareas Escolares Durante Confinamiento
Alternativas
Frecuencia
Porcentaje
Desde su percepción, las tareas escolares durante el confinamiento deberían:
Desaparecer
1
1,7
Disminuir
43
71,7
Incrementar
1
1,7
Mantener
15
25
¿Usted debe explicar a su hijo/a lo que debe hacer, para que puede realizar las actividades contenidas en las
tareas escolares?
Siempre
13
21,7
Casi siempre
27
45
A veces
16
27,7
Casi nunca
3
5
Nunca
1
1,7
El tema de tareas escolares, ¿provocan problemas dentro de la familia?
Siempre
1
1,7
Casi siempre
22
36,7
A veces
27
45
Casi nunca
6
10
Nunca
4
6,7
TOTAL
60
100,0
Nota. Cuestionario aplicado
En correspondencia a las dificultades que presenciaron ante las tareas escolares durante
confinamiento como se muestra en la Tabla 2, el 71,7% afirman que deberían disminuir,
el 25% deberían mantener y el 1,7% deberían incrementar o desaparecer. Indicando que
la mayoría sostiene que deberían reducir, puesto que sus representados recibían
asignaciones, que, en su mayoría, poseían mayor grado de dificultad, correspondiente a
su desarrollo cronológico y mental, también que se desarrollaban en fichas pedagógicas
muy extensas y con tareas de relleno, sin significancia para su aprendizaje, por ello,
insisten en que se deberían enviar tareas puntuales, relacionadas con la clase y el
objetivo que se pretende alcanzar; por ello, para planificar y asignar una tarea se debe
considerar aspectos como: la diversidad del aula, privilegiar la calidad antes de la
cantidad, la integración familiar y la elaboración de instrumentos de evaluación.
Con respecto a que si debe explicar a su hijo/a lo que debe hacer, para que pueda
realizar las actividades contenidas en las tareas escolares, en su mayoría afirma que casi
siempre y a veces deben explicar a los representados las actividades que deben realizar
en las tareas escolares, debido que en su mayoría son asignaciones enviadas por
mensajería. En relación al tema de tareas escolares, si provocan problemas dentro de la
familia; manifiestan que a veces y casi siempre las tareas escolares son un problema
dentro del hogar, debido que los estudiantes no comprenden las explicaciones de los
docentes y esperan a que un adulto los supervise o guíe, también el material que
necesitan debe ser impreso y al no poseer los recursos para hacerlo, esperan hasta que
alguien les proporciones el material; como se pudo evidenciar anteriormente, los padres
de familia no cuenta con las habilidades técnicas ni con el tiempo suficiente, lo que
retrasa y extiende las actividades, proporcionando dificultades e enfrentamientos.
Tabla 3
Sus Representados ante las Tareas Escolares Durante Confinamiento
Frecuencia
Porcentaje
Diariamente, ¿Qué tiempo dedica su representado para realizar sus tareas?
2
3,3
5
8,3
6
10
16
26,7
31
51,7
¿Las indicaciones enviadas por los docentes para desarrollar las tareas ¿Fueron entendibles?
6
10
7
11,7
19
31,7
25
41,7
3
5
¿Después de cumplir con sus tareas, sus docentes retroalimentaron?
6
10
6
10
10
16,7
14
23,3
24
40
60
100,0
Nota. Cuestionario aplicado
De acuerdo a la percepción de los padres en respuesta a los estudiantes frente a las
tareas escolares; el 51,7% manifiestan que el tiempo que los estudiantes dedican a las
tareas es indeterminado, el 26,7% afirman que es 3 horas diarias, el 10% más de una
hora, el 8,3% 1 hora y el 3,3% inferior a 30 minutos, tal como se observa en la Tabla 3.
Basándose en los resultados, el mayor número de padres deducen que el tiempo
dedicado para la realización de las tareas es indeterminado, debido a que no existe una
correcta planificación de los docentes, en ocasiones no se envía tareas o se envían
demasiado, por lo que no se toma de referencia aquello especificado en la guía de tareas
escolares en la que propone tipos de tareas y tiempos sugeridos que se deben considerar
para dosificar las tareas.
En concordancia a que si las indicaciones enviadas por los docentes para desarrollar las
tareas fueron entendibles; en su mayoría plantean que casi nunca y a veces se
comprendieron las indicaciones de los docentes para el desarrollo de las tareas
escolares, debido a que estas eran enviadas por mensajería y con pequeñas indicaciones,
aduciendo que eran totalmente comprendidas.
En respuesta que si después de cumplir con sus tareas, sus docentes retroalimentaron;
deducen que nunca y casi nunca los docentes retroalimentan a sus estudiantes después
de cumplir la tarea, siendo solamente revisadas en las que se les asigna un sello, rúbrica
o calificación; sin identificar los logros o aspectos a mejorar, cuáles fueron las
dificultades, los requerimientos y los posibles cambios que debería tener el docente en
el abordaje de las temáticas. Por ende, no se podrá reflexionar entorno al impacto del
aprendizaje u estrategias de enseñanza, ni el docente podrá tomar las decisiones
oportunas respecto su práctica.
Figura 1
Herramientas Tecnológicas para Aprender
Nota. Cuestionario aplicado
Según los datos procesados, de 155 respuestas obtenidas en la pregunta de opción
múltiple de múltiples respuestas del grupo de herramientas, debían seleccionar aquellas
que tienen en el hogar, como se observa en la Figura 1, el 31,61% afirman que posee
celular, el 30,97% Internet, el 27,10% computador, el 9,67 impresora y el 0,65 ninguna.
Es decir, la mayoría de los encuestados afirman que las herramientas que tienen en sus
hogares es el celular, debido que en este tiempo de educación virtual fue la herramienta
que permitió enlazar a los estudiantes a las clases virtuales y sirvió como medio de
comunicación para poder recibir tareas, avisos o diferentes asignaciones.
Figura 2
Emociones que Presentan Durante el Desarrollo de las Tareas Escolares
Nota. Cuestionario aplicado
Según los datos procesados, de 97 respuestas obtenidas en la pregunta de opción
múltiple de múltiples respuestas en relación al ítem De la siguiente lista de emociones,
seleccione las que presenta su hijo/a durante el desarrollo de las tareas escolares” (ver
Figura 2). El 24,74% afirman que presentan desgano en el desarrollo de las tareas
escolares, el 23,71% intranquilidad, el 19,59% desinterés, el 15,46% tranquilidad, el
8,25% indiferencia y entusiasmo. Por lo tanto, el mayor porcentaje asevera que las
emociones que los estudiantes presentan al momento del desarrollo de las tareas
escolares es desgano e intranquilidad, al presentar alguna dificultad con una habilidad
específica o por la condición que tiene la tarea: carácter repetitivo o mecánico, excesiva
memorización, desconexión o demasiada tarea.
Conclusiones
Las tareas escolares en tiempos de pandemia y en modalidad virtual implicaron
aspectos positivos y negativos. Entre los positivos, se puede mencionar que los
estudiantes se encontraban seguros en el hogar, protegidos del contagio y se impulsó
la utilización de medios tecnológicos para la continuidad del proceso educativo; que
al principio fue difícil, pero poco a poco se fueron adaptado los procesos.
También se presentaron aspectos negativos; entre ellos: dificultad en los hogares para
guiar el proceso educativo virtual, parcialidad en el acceso al Internet y medios
tecnológicos para acceder a la educación; en este punto, se generó contradicción, se
habla de la educación gratuita, pero en esta etapa las familias entraron en grandes
gastos, caso contrario, sus hijos no accedían a dicha educación. Otro punto es el
acompañamiento de los padres en la realización de las tareas, este acompañamiento
es parte del proceso de enseñanza aprendizaje; este se tornó agobiante, difícil y
estresante para los familiares, debido al nivel de dificultad que estas presentaban y el
tiempo que tomaban realizarlas. No presentaban de manera clara y concisa las
indicaciones, parámetros u objetivos a alcanzar.
Uno de los desafíos que se generaron en los hogares fue aceptar el reto y apoyar a sus
hijos/as en el proceso de autoeducarse, porque no se puede llamar de otra forma a
esta modalidad. Los representantes, padres y madres de familia debieron asumir
intempestivamente el rol de educadores para poder guiar el aprendizaje, desarrollo de
las tareas, dedicar tiempo y motivar a sus hijos con la finalidad de completar y enviar
las tareas a los docentes; siendo compromiso y responsabilidad netamente de los
hogares, que debían ser cumplidos por todos los educandos, aunque no hayan
accedido a las horas clases virtuales que se impartían; que, en algunos casos, no
accedían por no contar con las herramientas necesarias.
Las tareas escolares intentaron ser una herramienta de refuerzo en el proceso de
enseñanza aprendizaje virtual o telemática en tiempos de pandemia. Para ello, el
Ministerio de Educación creó fichas didácticas que fueron enviadas a los hogares
para su desarrollo y constituyó un ente evaluativo, un mecanismo de validación de
aprendizaje mediante el desarrollo del portafolio estudiantil en el que contenía todas
y cada una de las tareas desarrolladas. Pero se desconocía la realidad de muchos
hogares, no fue universal el acceso al servicio de Internet, celular, computadora e
impresora; aspectos que limitaron el acceso a dichas fichas, en consecuencia, existen
muchos niños, niñas y jóvenes con rezago educativo y en la actualidad presentan
problemas en el proceso de aprendizaje; muchos no aprendieron nada, otros
retrocedieron y no existe avance en la población estudiantil.
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