un 52% si logra interpretar los números fraccionarios, por lo tanto, al aplicarlo se
lograría que el estudiante sepa interpretar correctamente los números fraccionarios en
operaciones básicas, desarrollando sus estímulos, los cuales permite que pueda
observar, ver, entender, analizar y responder aplicando los diferentes procedimientos
algorítmicos para resolver los ejercicios de las fracciones.
Se concluye así, que para que el estudiante se apropie de un pensamiento abstracto, debe
ser participe activo al momento de interpretar los procedimientos ante la resolución de
problemas matemáticos. Y eso es lo que brinda el método Singapur, al permitir que los
estudiantes expliquen los procedimientos e incluyan dichas nociones matemáticas en
sus palabras.
Conclusiones
Dentro de los puntos destacables del trabajo, y, en función del objetivo general, mismo
que presenta la intención de determinar la incidencia del método Singapur en el
aprendizaje de números fraccionarios en los alumnos de educación general básica, se
concluye que para lograr que el método Singapur tenga valor y alcance su objetivo, es
imprescindible observar y considerar tanto los ritmos de aprendizaje de los estudiantes
durante la clase, como la complejidad del tema al proponer una metodología; en otras
palabras, para que el estudiante comprenda conceptos abstractos, como en el caso de los
números fraccionarios, es esencial trabajar desde su razonamiento e interpretación; es
decir, que sea él quien organice y contextualice conceptos matemáticos yendo más allá
de la parte teórica.
Lo dicho anteriormente se traduce a cómo utilizar, de acuerdo con las fases del método,
recursos visuales que asocien y orienten a la resolución de problemas cotidianos, de
forma que desarrollen competencias y habilidades lógicas-matemáticas con una
motivación propia.
La clave del método Singapur, centrado en el área de matemáticas, es cambiar la
perspectiva tradicionalista por un método que concrete temas familiarizados al contexto
o entorno cotidiano del niño; lo que incluye materiales y actividades que aprendan
haciendo. Del mismo modo se exponen varios de los beneficios que brinda este método
en la adquisición de conocimientos con respecto al aprendizaje de números
fraccionarios, como, por ejemplo, permite relacionar los problemas y operaciones
matemáticas en la utilización de materiales manipulables lo que incluye una visión
realista al uso de las matemáticas y su simbología en la vida diaria, resultado así en la
adquisición y desarrollo de habilidades y destrezas críticas.
Tras observar los resultados del estudio se determina que el nivel de conocimiento de
los estudiantes al aplicar el método Singapur es favorable, pues se denota la factibilidad
de aprender de manera activa, y, a través de las distintas fases, qué contiene el método.
En cuanto al contenido relacionado con las fracciones, deja en evidencia que los
estudiantes mejoran su comprensión al representar de forma gráfica, como algebraica,
los problemas matemáticos. Además, se destaca la participación y el nivel de
motivación de los estudiantes durante las clases de Matemáticas, lo que induce una
señal positiva del interés por aprender e interactuar con el material.
Finalmente, como estrategia concreta, el método Singapur favorece a la construcción de
conocimientos que se adquieren durante el proceso de enseñanza, pues mediante un
conjunto de actividades se fomenta un pensamiento propio, ya que cuando el estudiante