Ensayo
Del comportamiento organizacional a la práctica de
producción del sentido
Galo Hernán García Tamayo
Instituto Superior Tecnológico España, Ecuador
galoh.garciat@iste.edu.ec
https://orcid.org/0000-0002-2268-2730
Resumen
El presente ensayo tiene como propósito presentar algunas reflexiones sobre la
práctica en la producción del sentido que se atribuyen a las organizaciones,
producto del tránsito de las mismas, de la modernidad a la posmodernidad.
El trabajo consistió en hacer una revisión documental con un recorrido por la
literatura respecto de la temática planteada, con el fin de entender desde un punto
de vista teórico, cuáles han sido los cambios que ha soportado la sociedad desde la
modernidad hasta la posmodernidad.
El estudio se basó en la lectura crítica del tema presentado; para ello se
consiguieron artículos científicos, mismos que fueron analizados a profundidad con
la finalidad de relevar los datos pertinentes. La comprensión de la información se
complementó con métodos de análisis de contenido y de frecuencia.
Se concluye que, a lo largo de la historia, la marcada incertidumbre característica
de dicha época, abre la posibilidad a una nueva vía que se dirige a la búsqueda de
sentido en las personas.
Palabras clave: comportamiento organizacional, producción del sentido,
organizaciones
Abstract
The purpose of this article is to present some reflections on the practice in the
production of meaning attributed to organizations, as a result of their transition
from modernity to postmodernity.
The work consisted of a documentary review with a review of the literature on the
subject, in order to understand from a theoretical point of view, what have been the
changes that society has endured from modernity to postmodernity.
The methodology used in this work was based on the critical reading of the topic
presented; for this purpose, several scientific articles were obtained, which were
analyzed in depth in order to gather the pertinent data. The understanding of the
information was complemented with content and frequency analysis methods.
It is concluded that, throughout history, the marked uncertainty characteristic of this
era opens the possibility of a new path towards the search for meaning in people.
Keywords: organizational behavior, production of sense, organizations
Introducción
La sociedad, a lo largo del tiempo, se ha enfrentado a grandes cambios producto de
su devenir histórico, mismo que se ha derivado en una progresiva diferenciación
social y distintos sentidos que han conllevado a una pregunta lógica: ¿los seres
humanos están recorriendo por vías que los lleven a la producción de un sentido
organizacional?
Frank López (2001), estudioso de este campo, demuestra que, bajo el enfoque
tradicional, lo que se suele estudiar son las categorías del modelo analítico
estructural funcionalista, así como (ayudado en la hermenéutica genealógica–
fenomenológica), el comportamiento como una práctica de producción de sentido
dentro del modo de vida organizacional.
Para ello, este trabajo parte con dos preguntas: ¿es el comportamiento
organizacional una realidad discursiva cuyo modelo analítico lo vuelve objeto
estudiable? ¿es un objetivo que preexiste a toda teoría en dónde los modelos
analíticos le han ido develando su forma y dimensionamientos reales?
1.1 Las organizaciones modernas
Herrera (2000) manifiesta que el camino de las sociedades por distintos estadios
puede ser descrito como efecto ambivalente de una creciente diferenciación global.
En la misma línea, Descartes, como principal pensador de la modernidad,
manifiesta que la razón es fundadora de la realidad (pienso, luego existo).
En este contexto, el sentido toma forma, ya que éste ha ido experimentando muchos
cambios, que, en palabras de Rojas et al., (2001) “es cierto que la modernidad
involucra las grandes modificaciones experimentadas por la humanidad,
representando una importante era de trascendencia mundial” (p.26).
Pero la sociedad en su transcendencia a nivel mundial ha ido tomando ciertos
rasgos que, según Bericat (2003), “el rasgo básico que caracteriza a la sociedad
moderna es la creciente diferenciación de sus estructuras tanto sociales, como
culturales” (p.12), entendiéndose que, dicha diferenciación tiene su entramado en la
división social del trabajo y de la actividad económica en unas funciones cada vez
más específicas (De Baptista, 2012, p.2).
Uno de los primeros cambios en el ámbito social y económico se dio en Inglaterra
con el inicio de la incorporación de la máquina de vapor en las fábricas, en
reemplazo de la mano humana, dando comienzo a la era de la revolución industrial
que trajo consigo la producción a gran escala y, por ende, las relaciones de trabajo
se vieron modificadas.
Adam Smith, John Stuart Mill y David Ricardo, partidarios de la economía de
mercado, aproximadamente en el siglo XVII defendieron dicha economía
caracterizada por la libre oferta y demanda, más, en el siglo XX, surge la
revolución científica que trae consigo aportaciones sobre el modo de vida
organizacional con visión hacia la productividad.
Otro de los pensadores sobre la temática planteada es Bericat (2003), quien destacó
que la modernidad con la racionalidad específica está relacionada al vincular
medios y fines. La justificación está dada por la eficiencia, esto aunado a que en la
modernidad poco se admite la incertidumbre, el caos, etc.
Así mismo y de acuerdo a TWI Press (1998) el aprendizaje viene dado por
modelos, métodos y técnicas que son aplicados por el gerente ante determinadas
situaciones y cuya acción gerencial resulta planificada, estructurada y racional;
interpretaciones de la realidad organizacional que, frente a los cambios impuestos
por la globalización, se tornan insuficientes y deficientes frente a las nuevas
realidades, lo cual se dificulta a medida que la organización crece (De Baptista,
2012, p.3).
La ambivalencia de la modernidad ha invitado a las organizaciones a transformarse,
reinventarse, a transitar hacia un nuevo modo de vida organizacional. Como lo
plantea López (2001): “entrada la segunda mitad del siglo XX se hizo ostensible
una transformación aguda de las organizaciones funcionales” (p. 120), y, a decir de
Senge (2005) “creo que se está formando una nueva ola: el comienzo de una época
que se extenderá… y que todavía carece de nombre” (p.14).
Para otros investigadores como Loyotart, 1979; Foucault, 1994; Follari y Lanz,
1998; Derrida, 1981; Habermas, 1981; Morin & Pakman, 1994; De Sousa, 1996;
Rojas et al., 2001, se da paso a una etapa que han coincidido en llamar
posmodernidad.
“Estos autores son partidarios de la importancia de la información y la
comunicación, la virtualización de las organizaciones, la multidimensionalidad, la
complejidad y la transversalidad como paradojas que afectan tanto a la sociedad
como a las organizaciones empresariales” (De Baptista, 2012, p.3).
Unido a lo anterior, Touraine (1969), a finales de la década de los sesenta, avizoró
cambios desde una sociedad de industrialización capitalista hacia una “sociedad
programada” pos-industrial. Según Bell et al. (1976) y Naisbitt (1983), con la
aparición de la sociedad pos - industrial surgió la primera propuesta sistematizada
que tomaba en cuenta algunos factores determinantes de cambio que transcendía la
lógica mecanicista, dando paso a nuevas formas de hacer negocios y de gerenciar,
inspirados por las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), hecho que
impactó en la sociedad, en las organizaciones y el individuo (De Baptista, 2012,
p.4).
1.2 El enfoque estructural – funcional del comportamiento organizacional
A lo largo de los años se ha podido ver que el estudio del comportamiento
organizacional estuvo influenciado por los enfoques clásicos que dominaron el
campo discursivo de las ciencias sociales; y es así que, al realizar un arqueo de los
principales exponentes de esta corriente de pensamiento, se muestra que muchos
autores sostienen un discurso sobre el comportamiento organizacional que se
expresa a través de las categorías clásicas del enfoque epistemológico que se
impuso con el discurso positivo.
Estos autores definen al comportamiento como la relación de unas cuantas
categorías como: individuo, motivación, liderazgo, conflicto, grupo, entre otras.
Así mismo, es importante advertir que el paradigma funcional está tan arraigado en
el ámbito académico que no admite una idea distinta del comportamiento que no se
exprese a través de dichos conceptos. Este paradigma funcional ha dominado tanto
al ámbito académico como la estructura de los diversos libros que se producen al
respecto (López, 2001).
Siguiendo en esta línea, en la primera mitad del siglo XX nació una herramienta
más poderosa de la que se valió el pensamiento social, denominada el modelo
analítico estructural – funcional. Este nuevo modelo concibe al comportamiento
humano como la consecuencia de la interrelación funcional de determinadas
estructuras o sistemas como: a) sistema cultural, b) sistema organizacional, c)
sistema grupal y, d) sistema individual.
El enfoque estructural – funcional creó un campo discursivo cerrado que excluyó
todo enfoque alternativo e hizo del modelo y sus categorías el comportamiento
mismo, convirtiéndose en un problema para la reflexión en este campo.
Bajo la metáfora mecanicista y burocrática, De Baptista (2012) diferenció un modo
de vida organizacional apoyado en la división y especialización de las tareas,
organizaciones jerárquicas, piramidales y funcionales, haciendo de éstas un tejido
de relaciones interpersonales que se articulan mediante las tareas especializadas.
En este modo de vida organizacional el sujeto se adaptó a una vida mucho más
compleja construyendo tejidos funcionales, lo que desembocó en las funciones y
tareas especializadas.
El sujeto moderno es considerado un aparato social fabricado al interior de los
enmarañados tejidos organizativos de las estructuras mecanicistas, constituyendo a
su vez todo un entramado organizativo, donde sólo podrá realizarse como sujeto
racional, ético y epistemológico, y a cuya realización accederá mediante el
despliegue práctico de sus acciones políticas, epistemológicas, económicas,
sociales, morales y estéticas.
Max Weber destacó sobre la modernidad que ésta estaba alentada por la
racionalidad específica, una coherencia instrumental que vinculaba medios y fines
(De Baptista, 2012), ya que las organizaciones modernas se organizaban con la
lógica justificada por la eficiencia.
1.3 La práctica de producción del sentido moderno
De acuerdo a Adam Smith, la forma organizativa de la vida laboral inglesa
dominada por la organización espiritual, había cambiado tanto que el mismo Smith
no tuvo más que tomar esta nueva forma organizativa como punto de partida de sus
investigaciones económicas.
Esta reflexión de acuerdo a López (2001) hizo que, el análisis de la riqueza en el
nuevo contexto organizacional,lo condujera a concluir que la riqueza de las
naciones estaba posibilitada por una nueva manera de organización del trabajo
basada en la división y especialización de las tareas.
Lo relevante de esta nueva forma de organización es que, estas formas, luego de un
largo proceso político, terminaron hegemonizando los procesos de vida para luego
convertirse en el ámbito laboral conocido posteriormente como el modo de vida
moderno.
Este modelo, nacido en las filas militares, comenzaba a hegemonizar la vida fabril
inglesa que más luego se convirtió en un modelo de muchas empresas a nivel
mundial. Estos terminaron convertidos en matrices orgánicas a partir de las cuales,
esos sujetos tendrían que producirse a sí mismos como sujetos morales, racionales y
epistemológicos.
1.4 Las organizaciones basadas en la división de las tareas y la lógica de la
producción del sentido moderno
Para abordar este tema, es trascendente recordar que las organizaciones militares
clásicas son organizaciones jerárquicas piramidales y funcionales, lo que conlleva a
que este tipo de empresas se conviertan en un tejido de relaciones interpersonales
articulado mediante las tareas.
En este engranaje mecánico, los sujetos se han vuelto piezas fundamentales en
dónde sus cuerpos quedan descompuestos en infinitos movimientos corporales
mecánicos que más tarde tomaron el nombre de therbligs (elementos básicos
empleados cuando se realiza una tarea manual altamente repetitiva).
Estos therbligs harán funcionales a las tareas especializadas y a la organización
funcional, logrando la eficacia y la eficiencia en su comportamiento. Estas tareas o
funciones especializadas deben ser relacionadas con las categorías determinadas en
los principios establecidos en la economía del movimiento.
Al relacionar estas cinco categorías con las tareas o funciones especializadas de
estas organizaciones funcionales, no admiten otra modalidad de sujetos que no sean
los funcionarios, los sujetos definidos y determinados por las funciones.
En este sentido, el sujeto moderno no es cualquier sujeto, sino es un artefacto social
específico que se construye así mismo en la acción práctica y cognitiva de
producción del sentido de su propia vida que no podrá ser sino una vida
organizacional, es decir, un modo de vida organizacional.
1.5 El sujeto en su práctica organizacional se construye así mismo como un
sujeto racional
López (2001) acertadamente al tocar este tema manifiesta que el sujeto organizado,
al ir desplegando su modo de vida organizacional, va construyendo el tejido
funcional que lo regula de manera estratégica, y con ellos se construye así mismo
en una dialéctica organizacional donde, sin la conciencia plena de ello, termina
convirtiéndose en causa de sí mismo en su propio demiurgo (p.110).
En esta lógica organizacional los sujetos sólo pueden actuar exitosamente al interior
de sus organizaciones, sólo pueden tener un modo de vida organizacional exitoso,
un comportamiento laboral deseable en la medida en que guíen sus acciones
prácticas y cognitivas bajo el imperativo práctico de los fines organizacionales que
son las tareas especializadas.
Los sujetos, al desplegar sus acciones prácticas y cognitivas, se incorporan a un
circuito de racionalidad medio-fines, en el cual los medios terminan totalmente
subordinados a los fines, lo que ha provocado un doble efecto en los sujetos
modernos: los que producen en las acciones prácticas y los efectos que producen en
las acciones cognitivas.
Los que producen en las acciones prácticas indican que el efecto de estas acciones
se va produciendo cuando los sujetos organizados van desplegando su modo de
vida organizacional. Al desplegarlo, se subordinan a los fines organizacionales y
acciones prácticas, lo que les conlleva a cambiar su status como: de recibir a dar
órdenes, de realizar trabajos manuales a realizar trabajos intelectuales, de recibir
menores a recibir mayores remuneraciones, entre otras.
Toda esta situación sólo puede brotar de una dinámica organizacional propia de la
institución militar, en dónde ese racional instrumental característico de ese tipo de
instituciones se volvió la única garantía de toda victoria y de la preservación de la
vida de los ejércitos.
Así mismo, Frank López (2001) sostiene que, al imponerse estos modelos
organizacionales militares, esta racionalidad se erigió en lógica organizacional
sobre la cual se desplegó el comportamiento mecánico al interior de las
organizaciones modernas; que en el ámbito económico dio la positividad a la
existencia de una fuerza productiva sobre la cual se estructuró un modelo de
producción característico de la modernidad (p.112).
1.6 La realización epistemológica o de cómo el sujeto moderno construye sus
representaciones
En este sentido, el autor López (2001) manifiesta que los juicios racionales de estos
sujetos organizados terminan siendo también destrezas cognitivas, toda vez que los
imperativos cognitivos son también funcionales. Pero todo ello precisamente es lo
que les permite a los sujetos modernos el desarrollo de una actividad heurística que
queda integrada al circuito de racionalidad y con la cual los sujetos organizados
crean sus propias representaciones que le sirven de guías en el despliegue de su
comportamiento organizacional y que hace exitoso su modelo de vida
organizacional (p.113).
Un imperativo importante dentro de este tema radica en que la primera condición
de todo enunciado verdadero, es que el sujeto que enuncia debe ser él mismo
verdadero; es decir, estos sujetos van fabricando el sentido de sus propias vidas y,
definiendo un comportamiento organizacional que refuerza su modo de vida
moderno y el éxito de su comportamiento organizacional.
Esta relación, de acuerdo a López (2001) “será la que sostendrá el modelo de saber
científico durante la modernidad clásica, que hará posible las escuelas clásicas de
comportamiento, ya que, convertida la estructura cognitiva en una estructura
funcional, todo juicio racional termina estructurándose como un juicio sintético”
(p.114).
En otras palabras, todo enunciado con pretensión de verdad termina siendo un
enunciado hipotético o funcional. De allí que toda verdad emergerá como hipótesis
y, toda certidumbre metodológica solo podrá ser alcanzado a través de la
contrastación de esas hipótesis y, mediante los procedimientos de falsación. En este
aspecto López (2001) manifiesta que esto no muestra cómo el sujeto moderno, al
tiempo que se fue fabricando así mismo en el entramado de un tejido orgánico
funcional, se fue haciendo un funcionario racional cuya acción cognitiva,
subordinada a la función, le iba permitiendo la elaboración de sus propias
representaciones, con las cuáles no solo se inventaba como sujeto verdadero, sino
que inventaba a su vez un discurso científico y racional sobre la economía, sobre el
trabajo, sobre la administración y sobre el comportamiento organizacional (p.116).
De este modo, los sujetos al tiempo que se trial racionales, subordinando sus
acciones prácticas y cognitivas a las funciones, racionalizan sus prácticas, cumplen
de manera óptima sus tareas especializadas, ascienden en la escala jerárquica de
funciones organizacionales, pasando de la realización de trabajos manuales a la
realización de trabajos intelectuales.
1.7 La realización política: las positividades de los modelos de liderazgos
modernos
López (2001) manifiesta que “no obstante, en este acto único y total, dónde los
sujetos se hacen racionales, virtuosos y, se realizan epistemológicamente al
construir sus propias representaciones inventándose así mismo, también logran, y
de una manera simultánea, su propia realización política” (p.116).
Los sujetos en la medida en que subordinan sus acciones, tanto a los fines
organizacionales, como a las funciones, se convierten en funcionarios definidos por
la función. De esta manera la empresa nace y va construyendo de manera
progresiva una estructura política de naturaleza tecnocrática, puesto que los sujetos
se convierten en la pura función técnica, volviendo racional y verdadera una
estructura política caracterizada por las líneas de mando verticales sobre las cuales
se sostiene el liderazgo formal y, así mismo, fue de esas estructuras de gobierno de
las cuales se fueron derivando los modelos gerenciales autocráticos.
Ahora bien, en todas las organizaciones se fue dando las prácticas eleccionarias,
creándose una realidad organizacional sincrética que fundía la organización
disciplinaria con las formas de organización eleccionarias de dónde surgían formas
de gobierno organizacionales caracterizados por las democracias centralizadas, de
cuyo interior emergieron modelos gerenciales basados en el centralismo
democrático, que luego fue flexibilizando la rigidez disciplinaria del gobierno
organizacional autocrático, dando lugar a nuevos modelos gerenciales.
1.8 La práctica de producción de sentido post-moderno
En esta época hubo una transformación de las organizaciones funcionales. Es decir,
se pasó de las burocracias verticales a la gran empresa horizontal, en donde se dejó
la sociedad de empleados y se transformó en una sociedad de redes.
En este mundo post-moderno el sentido de producción ha tomado dos vías: la
administrativa y la sociológica. López (2001) respecto de la administrativa
manifiesta que el paso de las estructuras jerárquicas a las redes aplanadas, se
observa como un proceso en el cual las funciones organizativas que caracterizaron
las grandes jerarquías organizacionales, se han ido fusionando unas con otras para
dar lugar a actividades, que al irse integrando entre sí han dado lugar a procesos, ya
que los procesos no son más que la secuencia más o menos direccionada de un
conjunto de actividades (p.122).
Respecto del área sociológica, el autor anteriormente mencionado indica que este es
un proceso sociológico dado que al integrarse las funciones y construir actividades,
los funcionarios que realizaban dichas funciones se integraron unos con otros
formando grupos. Sin embargo, al integrarse unas actividades con otras para dar
lugar a los procesos, los grupos que corresponden a esas actividades, se integraron
entre sí formando equipos. (p.122).
En este sentido, el sujeto post-moderno ha entrado en un proceso en dónde ha
perdido su forma disciplinaria y monológica, pero al mismo tiempo, refundándose y
adoptando la forma comunicativa y simbólica.
Todo esto ha dado como resultado el nacimiento del empowerment, dejando de lado
viejos modelos gerenciales centrados en la estructura.
El empowerment (empoderamiento), en palabras de López (2001), se definiría
como el que moviliza a los individuos y a los equipos auto dirigidos no sólo para
ejecutar órdenes, sino para innovar y mejorar los productos, los servicios y los
programas, a menudo con resultados que abren nuevos caminos.
Conclusiones
En la época posmoderna se observa que se van produciendo transformaciones de
interés en las estructuras organizacionales, específicamente en los modelos de
gestión que fundamentan el desarrollo de las organizaciones, poniendo mayor
énfasis en la necesidad de hacer reingeniería en las estructuras de organización
burocrática para pasar a un siguiente nivel; es decir, a las organizaciones
caracterizadas por su capacidad de evolución partiendo de la comunicación, a pesar
del caos característico de esta era.
Todos estos cambios también afectan al tipo de liderazgo, en dónde el líder puede
interpretar esa realidad a partir de sus principios para reconstruirla y proyectarse
hacia el futuro impulsando acciones para hacerla realidad.
Por otro lado, la modernidad dio gran importancia a la racionalidad individual en
dónde se visualizó cómo éstas ideas han estado presentes en la representación de las
organizaciones, y, por lo tanto, en la conceptualización del liderazgo como proceso
organizacional.
Finalmente, de la revisión documental se puede concluir que la sociedad se está
yendo hacia una nueva conciencia y espíritu organizacional, en dónde, la
orientación está encaminada a la construcción del sentido de las personas y por
ende, de las organizaciones; es decir, se vuelve importante la búsqueda de la
trascendencia del ser.
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