riñones que deriva en ERC, y otras abuso de medicamentos o drogas ilícitas,
enfermedades del sistema inmunológico (VIH, SIDA), lupus, cáncer e infecciones
graves.
Los pacientes presentan sintomatología fisiológica como calambres, mareos, vómitos,
cefalea, cansancio, mialgias; sin embargo, también existen quienes se muestran
asintomáticos y acuden a una valoración médica por molestias distintas a una consulta
nefrológica. El diagnóstico de enfermedad renal crónica terminal es informado al
paciente de manera súbita, al mismo tiempo que debe enfrentar el inicio del tratamiento
de hemodiálisis, esto implica un cambio significativo de su estilo de vida, en un inicio
conlleva a estados de ansiedad y depresión, los cuales se deben detectar a tiempo para
facilitar el proceso de adaptación y desarrollar estrategias de afrontamiento y manejar
adecuadamente el impacto de los cambios bio-psicosociales que representan la nueva
condición que debe enfrentar el paciente y su familia.
1.2. Tratamiento sustitutivo renal/hemodiálisis
Durante la hemodiálisis se bombea la sangre a través de un filtro conocido como
dializador, fuera del organismo El dializador también se conoce como "riñón artificial"
(Salazar-Fuentes et al., 2018). La hemodiálisis es el tratamiento que generalmente es
elegido para los pacientes con diagnóstico de ERC, es un tratamiento médico de alta
complejidad que consiste en la conexión habitual a una máquina de diálisis para retirar
del cuerpo el agua y los desechos tóxicos que se acumulan debido al fallo renal, la
sangre filtrada regresa nuevamente al cuerpo; el paciente debe acudir al tratamiento de
forma trisemanal con una duración de cuatro horas en cada sesión, donde son
conectados por personal de enfermería a la máquina de diálisis mediante su acceso
vascular (elaborado quirúrgicamente), además incluye tratamiento farmacológico,
manejo nutricional (cambio de dieta), restringir ingesta de líquidos (Cjuro, 2020).
Cabe señalar que el tratamiento sustitutivo renal/hemodiálisis no logra la recuperación
de la función renal, el objetivo es mantener clínicamente estable al paciente y evitar
complicaciones en su salud.
1.3 El impacto psicológico de la enfermedad renal crónica
Hay dos momentos de alto impacto psicológico para las personas que deben entrar al
programa de hemodiálisis: la notificación del inicio al tratamiento (en la mayoría de las
veces inmediato), se lo puede denominar pre diálisis, y el segundo es el inicio del
tratamiento sustitutivo renal.
Desde el instante que los pacientes reciben el diagnóstico de ERC y posterior
tratamiento, empiezan a desarrollar dos tipos de duelos, el primero: la pérdida de una
parte de su salud mediante uno de sus órganos vitales (que la mayor parte de las
ocasiones es asociada con la muerte inmediata) y segundo: el inicio de un cambio
radical de su estilo de vida que implica sus relaciones personales, sociales y laborales
(Cabrales et al., 2017).
La reacción frente a la enfermedad y tratamiento se registra de algunas formas, hay
quienes se sienten abrumados, incrédulos, manifiestan que es un “castigo de divino”,
otros en cambio lo primero que experimentan es ira, se muestran desafiantes, en ambos