Consecuencias psicosociales en familias de los cantones
Pedro Moncayo y Cayambe, en el contexto de la pandemia
Covid-19
Nathaly Maribel Chimarro Chorlango1
Investigador independiente, Ecuador
nathymabel08@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-0382-0034
Ana Victoria Poenitz2
Universidad Tecnológica Israel, Ecuador
apoenitz@uisrael.edu.ec
https://orcid.org/0000-0002-5150-1812
Alexandra Yakeline Meneses Meneses3
Universidad Tecnológica Israel, Ecuador
ameneses@uisrael.edu.ec
https://orcid.org/0000-0002-2721-7723
Resumen
La Organización Mundial de la Salud se ha pronunciado sobre las consecuencias
psicosociales y de salud en la población mundial, a causa del SARS-CoV-2. El presente
artículo tiene como objetivo valorar las consecuencias psicosociales en familias de los
cantones Pedro Moncayo y Cayambe, Ecuador, en el contexto de la pandemia Covid-19, año
2021. Se trata de un estudio cuali-cuantitativo de diseño no experimental, con alcance
exploratorio y descriptivo. Se aplicó una encuesta online a 252 familias de los cantones
mencionados, quienes consintieron su participación, utilizando un cuestionario de preguntas
personales y el test GHQ-12. Como parte de los resultados el 46 % de los participantes
padecieron la enfermedad Covid-19, el porcentaje de desempleo fue del 52%. El 47 % de las
familias mostraron bajo riesgo de sufrir alteraciones en su bienestar psicológico,
funcionamiento social y afrontamiento (GHQ-12 <16); el 51% de las familias mostraron
riesgo medio de afectación en su salud mental (GHQ >16), y sólo el 2% reportaron alto
riesgo de afectación de su salud mental (GHQ >25). En relación a las conclusiones se
reportaron diferencias sobre el impacto psicosocial entre las familias participantes, mediado
por factores socioeconómicos, sociodemográficos y la Covid-19. Las familias más afectadas
son prevenientes del Cantón Cayambe. El grupo masculino mostró mayor afectación en su
salud mental, comparados con el grupo femenino.
Palabras Clave: salud mental, funcionamiento social, familia, confinamiento, Covid-19
Abstract
The World Health Organization has pronounced on the psychosocial and health consequences
of SARS-CoV-2 in the world population. The present article aims to assess the psychosocial
consequences in families in the cantons of Pedro Moncayo and Cayambe, Ecuador, in the
context of the Covid-19 pandemic, year 2021. This is a qualitative-quantitative study of non-
experimental design, with an exploratory and descriptive scope. An online survey was
applied to 252 families from the aforementioned cantons, who consented to participate, using
a questionnaire of personal questions and the GHQ-12 test. As part of the results 46 % of the
participants suffered from Covid-19 disease, the percentage of unemployment was 52 %.
Forty-seven percent of the families showed low risk of suffering alterations in their
psychological well-being, social functioning and coping (GHQ-12 <16); 51% of the families
showed medium risk of mental health impairment (GHQ >16), and only 2% reported high
risk of mental health impairment (GHQ >25). In relation to the conclusions, differences were
reported on the psychosocial impact among the participating families, mediated by
socioeconomic, sociodemographic and Covid-19 factors. The most affected families are from
the Cayambe canton. The male group showed greater affectation in their mental health,
compared to the female group.
Keywords: mental health, social functioning, family, confinement, Covid-19
Introducción
En el 2019 fue el comienzo de una nueva etapa para el mundo, los primeros casos de una
enfermedad respiratoria altamente contagiosa pusieron en alerta a todos los países, después
de varios estudios se dio a conocer que el SARS-CoV-2 era el responsable. En los primeros
meses de 2020 el virus se extendió hasta el punto más alejado del planeta y se declaró
pandemia (Ruiz-Bravo et al., 2020), la infección de persona a persona por SARS-CoV-2 se
transmite y disemina más fácilmente, lo que lleva a la declaración de emergencia
internacional en cuanto a salud en enero 30 de 2020.
Generalmente, los coronavirus pueden causar enfermedades respiratorias, gastrointestinales y
del sistema nervioso central en humanos y animales, amenazando la vida de los humanos,
causando pérdida económica. Estos virus también tienen la capacidad de adaptarse a un
nuevo entorno a través de mutaciones y son programado para modificar el tropismo del
hospedador; por lo tanto, las amenazas son constante y de largo plazo (Yesudhas et al., 2020).
En una ciudad del país asiático China se dio a conocer el primer caso de un paciente con
neumonía altamente contagiosa, se propagó rápidamente y fue letal en los primeros casos
entre adultos de 30 a 79 años. Los primeros casos fueron detectados en los trabajadores y
compradores en una plaza de alimentos de Huanan Seafood Wholesale Market, donde se
comercializaba especies de mar y otros tipos de carne, muy conocido por la venta de animales
silvestres (Díaz & Toro, 2020).
El brote se amplió velozmente en varias regiones de China, aumentando los casos. El virus,
ahora nombrado como COVID-19 de Coronavirus disease-2019, avanzó por otros países
cercanos y prontamente a distintas regiones del mundo. La Organización Mundial de la Salud
informó la ocurrencia de pandemia COVID-19 (Ruiz-Bravo et al., 2020). Una de las medidas
principales de contenciones fue el confinamiento, entre las consideraciones que disponen en
cuarentena indica que las principales medidas que se debe tomar es aislarse si un miembro de
la familia muestra síntomas o esta contagiado por COVID-19 (Organización Mundial de la
Salud, 2020).
En Arica Latina se registró el primer paciente de COVID-19 (Mantilla, 2020) el 25 de
febrero del 2020, los casos fueron importados desde Europa. A Ecuador ingre el 29 de
febrero del mismo año, donde el 14 de febrero una persona de sexo femenino de 71 años
proveniente de España arribó al país, el 13 de marzo confirmaron su fallecimiento, ella fue el
primer caso ecuatoriano (Santillan, 2020). Es cierto que el periodo más difícil lo atravesó
Guayaquil durante la pandemia entre marzo y abril del 2020; sin embargo, Quito lo sobrepaso
el 23 de julio del 2020, siendo la ciudad con más casos en todo el país. Cifras oficiales
recientes en Ecuador registran 658,045 casos positivos por COVID-19, además, se registran
127,225 casos probables de Covid-19, a la espera de su resultado. En las últimas 24 horas se
notificaron resultados de 12,874 pruebas, de ellas fueron positivas el 65.9% y la tasa nacional
acumulada de casos de Covid-19 es de 3,758.0 (Observatorio Social del Ecuador, 2022).
No solo las ciudades grandes fueron afectadas, la COVID-19 ingre a los lugares más
remotos, afectando a cantones, comunidades y barrios, entre ellos a los cantones de Cayambe,
que se reportó el primer caso el 06 de abril del 2020, y a Pedro Moncayo, que registra el
primer caso el 31 de marzo del 2020, con seis días de diferencia entre contagio comunitario.
Afrontar a la COVID-19 fue difícil para las familias del sector rural, pues su principal fuente
de recursos económicos proviene de la producción de leche, papas, cebollas y productos de
primera necesidad, y, sobre todo, del sector florícola. Como antecedente se tiene que el sector
agroalimentario ya se encontraba afectado en una lucha constante, buscando apoyo del
Estado, los agricultores pedían un control entre los intermediarios que exigían precio justo
(IICA, 2020).
La pandemia es afrontada por las familias ecuatorianas de maneras distintas en el campo y en
la ciudad. Evitar una crisis extrema en el sector agro productivo fue inevitable, se requirió
apoyo del Estado y fomentar disciplina rígida para cumplir la cuarentena absoluta que no fue
posible en su totalidad, pues las familias no se quedaron en casa, incrementando los
contagios. Se apoyó con kit alimenticio a las personas vulnerables, el Estado y los Gobiernos
locales trabajaron arduamente para cuidar la vida de las personas más pobres (IICA, 2020).
Atravesar por crisis inesperadas lleva a un estado inicial de shock, negacn, en algunas
personas incluso es frecuente que aparezcan conductas inusuales como cambiar abruptamente
el estado de ánimo, pensamientos negativos, acciones de rechazo o de resistencia. Esto
conlleva a un reto magnánimo entre los miembros de las familias para trabajar en conjunto, a
través de la comunicacn, señalando cosas positivas o aprendizajes que trae la experiencia
vivida (Aprome, 2020).
A su vez, la pandemia de la COVID-19, no únicamente dañó la salud física, lo hizo también
de forma psicológica, pues las familias por el confinamiento atravesaron una serie de cambios
y ajustes; hubo tensión y ansiedad extrema por los costos altos que conlleva la enfermedad,
pérdida de familiares, incluso las limitaciones en el ámbito económico y social, eso produjo
qué las familias manifestaran un incremento de pobreza durante y después del confinamiento.
Por consiguiente, es sustancial investigar las consecuencias que obtuvo el confinamiento en
la población en general y en específico a las familias de los cantones Pedro Moncayo y
Cayambe, pues no se cuentan con estudios de prevalencia en cuanto a los efectos de la
COVID-19 en poblaciones rurales del Ecuador.
En este sentido, el presente proyecto es de gran relevancia e importancia, ya que se debe
conocer los cambios evidentes que existieron entre las relaciones intrafamiliares durante la
pandemia y el confinamiento, es urgente visibilizar la realidad de estas familias que se
desarrollaron en medio del confinamiento. Uno de los fines investigativos es favorecer el
despliegue del conocimiento y así aportar con datos estadísticos sobre las familias y de
primera fuente sobre la experiencia vivida durante la pandemia. Logrando así ayudar a la
comprensión y orientación, quis incluso promover cambios en las políticas públicas o
sociales, respecto a la familia o comunidad en situaciones de pandemia; la presencia de
información sobre el comportamiento y relaciones familiares permiti conocer su realidad, lo
cual sería óptimo para alcanzar una calidad de vida.
También se busca describir cómo lo ambiental, social y económico perjudicó en la
configuración del estrés y problemas psicosociales en estos cantones, incentivando a los
estudiantes y profesionales al desarrollo de investigaciones futuras, y a su vez, plantear
propuestas orientadas a la prevención e intervención de familias que presentan secuelas
psicológicas por consecuencia del confinamiento. La debilidad social involucra
vulnerabilidad (Herrero et al., 2020), en este sentido, surge el planteamiento de cómo afrontar
la crisis y las consecuencias, sería imprescindible, por tanto, hablar de resiliencia para las
familias; en este contexto de dificultad por COVID-19, la solidaridad y el apoyo es un pilar
fundamental (Ceberio, 2021).
Bajo este antecedente, se propone resolver la siguiente pregunta de investigación ¿Qué
consecuencias psicosociales afrontan las familias de los cantones Pedro Moncayo y
Cayambe, en el contexto de la pandemia (Covid -19)?
1.1 Salud mental
La salud mental está determinada por muchos elementos biológicos, psicológicos (Hernández
& Luque, 2018), sociales y económicos. Las evidencias indican índices de pobreza, nivel
bajo de instrucción (Eustat, s.f) y diversas problemáticas psicosociales que generan un
deterioro de la salud mental, relacionándose con los cambios sociales inesperados
(Organización Mundial de la Salud, 2018).
Existen múltiples factores que pueden devastar la salud mental, llevando a sufrir estrés y
ansiedad, misma que se detalla como un sistema de alarma cuando se encuentra frente alguna
amenaza o peligro, incluso llegando a sentir nauseas, sudoración y palpitaciones, a diferencia
de la depresión, que se la denomina como perturbaciones afectuosos, pasando por varios
estados de ánimo y conducta (Luna et al., 2001). La sintomatología ansiosa y depresiva, que
ya golpeaba a la humanidad, se agudizó con la pandemia, pues esta generó sentimientos
negativos, incertidumbre, miedo y angustia en la población mundial.
Los primeros estudios que se realizaron respecto al impacto negativo de la COVID 19 en la
salud mental fue en trabajadores de la salud en China, con el fin de identificar el golpe
psicológico, en un proyecto con 34 hospitales de atención para pacientes con COVID-19,
dando un total muestral de 1257 participantes, entre médicos y enfermeras qué laboraban en
Wuhan, quienes presentaron alteraciones psicológicas leves en un 34.4%, alteraciones
moderadas el 22.4%, alteraciones graves el 6.2%, después del primer brote de coronavirus.
Además, el 36.3% del personal de salud estudiado reportó haber buscado material psicológico
de apoyo, el 50.4% de los profesionales sanitarios accedieron a recursos psicológicos y el
17.5% dijo haber recibido psicoterapia (Ramírez et al., 2020).
Una vez que la enfermedad ocasionada por el Covid-19 se hizo mundial, el bienestar
psicológico de la población en general empezó a preocupar a los psicólogos, pues no solo el
personal de primera línea se sentía afectado, familias y la población en general empezaron a
manifestar su malestar psicológico, por lo cual hubo estudios que se centraron en este tema.
En una investigación de 124 encuestados de atención primaria se encont que los trastornos
mentales más frecuentes fueron la fobia social, la agorafobia, depresión, distimia y trastorno
por ansiedad generalizada, siendo las mujeres las más afectadas con síntomas de ansiedad y
depresión (Vargas, 2014).
En un estudio elaborado a 766 individuos, en el cual el 64.23% fueron mujeres y la edad
media fue de 32.35 (DT = 12.54), cerca del 8% de los colaboradores expusieron haber tenido
Covid-19, y un 12.9% reportó haber tenido síntomas. La mayoría de participantes 77.4%
manifestaron no haber adquirido problemas de salud mental en el pasado y el 87.6% no tener
estos problemas durante la pandemia; sin embargo, el 41% expre sentir malestar
psicológico, siendo las mujeres y los adultos jóvenes los grupos mayormente afectados
(Vargas, 2014).
En Toronto se realizó un estudio para evaluar los efectos psicológicos durante la pandemia,
demostrando un alto nivel de angustia psicológica, los niveles de depresión fueron del 28.9%
entre los participantes, entre más tiempo en cuarentena, los índices se elevaban (Apaza et al.,
2020).
Por otra parte, los jóvenes también sintieron la repercusión del cambio, una edad donde la
libertad es primordial, es imposible no pensar en las consecuencias. En un estudio realizado a
jóvenes chilenos universitarios se encontraron puntuaciones medias de depresión en el 24,1%
de los hombres, y el 29,7% en las mujeres, quienes superaron el puntaje dando como
resultado un trastorno depresivo. Las mujeres presentaron mayor sintomatología depresiva y
ansiosa en ambos años; sin embargo, en el 2020 se observó un aumento significativo de
depresión, indicando interacción entre el año de evaluación y el género (Carvacho et al.,
2021).
De igual forma, en otro estudio realizado por Apaza et al. (2020), sobre consecuencias en la
salud mental de las familias con integrantes jóvenes, en el contexto de la pandemia, se
encontró que el 45.9% de los participantes presentaron niveles de depresión leves, el 30.1%
del grupo femenino y el 15,9% del grupo masculino, mostraron un nivel de depresión
moderada. Las mujeres mostraron mayores niveles de depresión en relación a los hombres.
Los sentimientos que más se asociaron a la depresión fue el insomnio en el 23.3%,
desesperanza en el futuro en el 43.2%, e irritación en el 15.5% de los casos. Con respecto a la
salud y sus cambios, una muestra significativa de participantes reportó pérdida de peso,
intranquilidad, ansiedad, siendo las mujeres más afectadas en relación a los hombres (Apaza
et al., 2020).
Por otra parte, en un estudio similar que conside las diferencias de género en la
sintomatología psicológica reportada por los integrantes del sistema familiar, se mostró que
las mujeres reportaron niveles más altos de ests, comparadas con los hombres, y esta
sintomatología depresiva estuvo mediada por el factor Covid-19, pues si un integrante del
sistema familiar presentaba síntomas o se confirmaba que estaba contagiado, el individuo
aumentaba sus niveles de estrés, incluso presentaba más ansiedad, depresión y miedo, siendo
muy dicil volver a recuperar su estado anímico (Velasco et al., 2021).
1.2 Efecto de Covid-19 en las familias
El mundo entero tuvo que reinventarse y las familias no fueron la excepción, por
supervivencia, una convivencia familiar fue la solución para ayudar a disminuir posibles
factores psicosociales. El aislamiento social por la Covid-19 obligó a reflexionar sobre las
conductas familiares, como el apoyo familiar desde las perspectiva emocional, una base de
buena comunicación, amabilidad y solidaridad dentro del núcleo familiar es de vital
importancia, ya que esto ayudará en las malas experiencias y apreciar las buenas (Gunes,
2020).
Por el confinamiento prolongado el riesgo de maltrato psicológico y físico aumentó en las
familias, y fue imposible controlar este problema al interior de las familias, pues los
integrantes de las familias pasaron a estar confinados en sus hogares, obligando a que los
padres adapten su trabajo y compartan responsabilidades en el cuidado de los hijos. Además,
durante el confinamiento hubo despidos laborales masivos, situación que trajo mucho estrés y
problemas económicos en las familias, generando conflictos y aumentando los niveles de
estrés que afectaron la interacción familiar y la cohesión (Naranjo et al., 2020).
En un proyecto ejecutado en España con 1680 familiares de personas que estuvieron
afectadas por la Covid-19, se encontró que el 8% contaban con dos o más familiares
contagiados, en cuanto a gravedad, el 40% manifestó que era la enfermedad fue leve, el 32%
moderado, el 16% reportaron que la enfermedad fue grave, y el 12% de los encuestados
dijeron haber perdido un familiar a causa de la covid-19. Los familiares de aquellas personas
contagiadas también sufrieron cambios emocionales estresantes, pues tuvieron que cuidar a
su familiar infectado pos la covid-19, manteniendo estrictas medidas de bioseguridad para
evitar el contagio de la enfermedad (Cholbi et al., 2021).
En Colombia, el Colegio Colombiano de Psicólogos de la Universidad Javeriana de Cali en
conjunto con la Universidad de Barcelona (UBAT), realizó un proyecto con 18.061 familias
entre los 18 a 90 años. Los resultados mostraron que el 29% de los participantes presentaban
síntomas de ansiedad y un 35% depresión; al igual que otros estudios ya mencionados, la
población femenina fue la más afectada, de las cuales el 31% reportaron ansiedad , el 36 %
depresión, la población de menos ingresos también fue afectada por ansiedad en el 36% y
depresión en un 46% de las familias estudiadas (Gallo, 2020).
En Ecuador existen pocos estudios realizados con familias en el contexto de la Covid-19; sin
embargo, Hermosa et al. (2021) mostró los resultados de su estudio con familias ecuatorianas,
encontrando que la mayoría reportaron niveles considerables de ansiedad, estrés y depresión,
en el contexto de la pandemia.
1.3 Crisis económica por confinamiento y sus consecuencias psicológicas en las familias
A nivel mundial, la salud paso por su peor momento, la mayoría de sistemas de salud
colapsaron en búsqueda de aplacar la enfermedad generada por los coronavirus, sin
tratamientos claros ni protocolos de respuesta para el manejo de la pandemia a inicios de su
surgimiento (2020).
En Pe se realizó un estudio con 1064 familias, quienes presentaron estrés por factores
económicos, al no tener el dinero suficiente para sustentarse, afrontar los gastos médicos,
pues los servicios de salud, al igual que en Ecuador, colapsaron, sin poder acceder a un
tratamiento médico en caso de complicación o necesidad de internamiento. Muchas familias
peruanas indicaron que no tenían recursos para cubrir la canasta básica durante la fase del
confinamiento, y el problema persiste con la prolongación de la pandemia y el surgimiento de
nuevas variantes asociadas a los coronavirus (Cuenca et al., 2020).
En Ecuador el panorama es similar, pues antes de la pandemia ya se afrontaban diversas
problemáticas en el sistema social, acceso a la salud, fuentes de empleo y recursos básicos,
problemáticas que aumentaron significativamente con la pandemia, incrementando el
porcentaje de pobreza en las familias.
Las primeras medidas que se consideraron en Ecuador fueron el confinamiento, para ello se
realizaron diversas campañas a nivel nacional, mediante mensajes como ¡Quédate en casa! El
tiempo de confinamiento duró aproximadamente 2 meses, y cada ciudad o comunidad mostró
autonomía en las restricciones, a fin de evitar los contagios masivos. Esto implicó los cierres
de comercios, especialmente los que tenían espacios cerrados con concurrencia masiva de
clientes; muchos negocios tuvieron que cerrar, y hasta el momento no han podido volver a
funcionar, ya que nuevas variantes asociadas a la Covid 19 siguen generando contagios
masivos y afectando a la salud comunitaria. El comercio formal e informal se vio gravemente
impactado. Hubo familias más afectadas por las medidas de confinamiento, especialmente
aquellas que se dedicaban a comercios informales, sin ahorros económicos que les
permitieran sustentarse sin salir a trabajar. Los grupos vulnerables o desprotegidos no
cuentan con vivienda propia, no tienen ingresos estables, viven de la venta ambulante y
algunos incluso sobreviven en condiciones infrahumanas, desencadenando emociones y
preocupaciones extremas (Acosta, 2020).
Los expertos de la Universidad UTPL del Ecuador realizaron un estudio para verificar la
pobreza extrema en el Ecuador, dando como resultado que el 25% de las familias
ecuatorianas viven en pobreza extrema, como consecuencia del problema económico
(Petroff, 2002) por pandemia, seguido del confinamiento y la interrupción de actividades,
medidas que fueron tomadas para sosegar el progreso de la pandemia (UTPL, 2020). A
diferencia de las familias que viven en la zona urbana, las familias que se encuentran en las
zonas rurales fueron más afectadas, pues hay que destacar que los niveles de pobreza y
marginalidad son más altos que en el sector urbano, especialmente las comunidades de
grupos indígenas y otras poblaciones, quienes no cuentan con acceso a la salud de calidad.
Según el Programa Nacional de Vivienda Social, 3.8 millones de familias ecuatorianas, es
decir el 45% no poseen viviendas dignas, 1,37 millones viven en viviendas edificadas con
materiales inestables, incluso no cuentan con los servicios básicos (Acosta, 2020).
Metodología
El presente proyecto empleó el método cuali-cuantitativo, de diseño no experimental, con
alcance exploratorio y descriptivo. Participaron todas las familias domiciliadas en los
cantones Cayambe y Pedro Moncayo de la provincia de Pichincha en Ecuador que aceptaron
participar de la encuesta. El tipo de muestreo fue no probabilístico, con un total de 250
participantes de familias pertenecientes a los cantones del caso de estudio.
2.1 Técnicas e instrumentos
Encuesta online. Se aplicó una encuesta basada en la técnica del cuestionario, constó
de 20 preguntas, 8 datos personales y 12 del test GHQ-12, en la cual se consideraron
los siguientes puntos: factor sociodemogfico, socioeconómico, salud,
funcionamiento social, vulnerabilidad, ansiedad y depresión.
Test general Health Questionnaire 12 (Goldberg & Williams, 1988). Es una versión
adecuada al castellano del General Health Questionnaire (GHQ-12), se conforma de
12 preguntas de las cuales 6 son positivas 6 negativas. Los resultados son calificados
en grado de Likert de cuatro puntos 0-1-2-3. o puede ser puntuada en 0-0-1-1
dicotómica (Villa et al., 2013). En esta versión se consideran los siguientes criterios
para la interpretación de resultados del test: a) No presenta riesgo en la salud mental
“<o=16. b) Presenta riesgo medio en la salud mental de las familias “>16. c)
Presenta riesgo alto en la salud mental de las familias “>25. El test de GHQ-12
(Salud General de Goldberg), valora el nivel de bienestar psicológico, funcionamiento
social y afrontamiento, utilizando la escala 0 = Nunca, 1= A veces, 2= Muchas veces,
3= Siempre (Muñoz & Lucero, 2013).
En la presente investigación se trabajó bajo los siguientes procesos lógicos:
a. Búsqueda de literatura previa
b. Diseño del proyecto de investigación
c. Aprobación del estudio por el equipo revisor
d. Elaboración de formatos online
e. Obtención de la muestra participante
f. Aplicación de las encuestas a las familias que verificaron criterios de inclusión y
exclusión, firmando el consentimiento informado
g. Diseño de matriz de resultados para recabar datos
En primer lugar se generó una matriz de resultados en Excel a fin de tabular los datos
recaudados en la encuesta. Se usó la estadística descriptiva básica para establecer tablas de
frecuencia y graficas de porcentajes.
Resultados
A continuación, en la Tabla 1 se muestra el perfil sociodemográfico en la muestra estudiada
(n=252).
Tabla 1.
Perfil sociodemográfico
Categoría
Frecuencia
Porcentaje
nero
Masculino
159
63%
Femenino
93
37%
Total
252
100%
Edades por rangos
19 29
22
8,7%
30 39
71
28,1
40 49
105
41,6
50 59
47
18,6
60 64
7
2,7
Cantón
Cayambe
123
49%
Situación
Frecuencia
Posibles contagiados
52
Contagiados con aislamiento
117
Hospitalizados-UCI
36
Fallecidos
14
No contagiados
33
Total
252
Pedro Moncayo
129
51%
Total
252
100%
Nivel de estudios
sica
43
17%
Bachiller
138
55%
Superior
71
28%
Total
252
100%
De acuerdo a los que se observa en la Tabla 2, que recoge información sobre datos
socioeconómicos, la mayoría de familias encuestadas (33%) reportan que su familia está
integrada por 4 personas. El (52%) de las familias están en condición de desempleo.
Tabla 2.
Datos socioeconómicos
Categoría
Frecuencia
Porcentaje
mero de integrantes por familia
2
18
7%
3
41
16%
4
84
33%
5
71
28%
6
38
15%
Total
252
100%
Situación laboral de jefes de hogar
Empleado
120
48%
Desempleado
132
52%
Respecto a la Covid 19, el 46% de las familias de Cayambe y Pedro Moncayo refieren
haber sido contagiadas, y un 14% refieren haber tenido hospitalizados a uno de sus
integrantes de la familia, en la Unidad de Cuidados Intensivos UCI (Tabla 3).
Tabla 3.
Participantes según su situación personal y familiar respecto a la COVID-19
Porcentaje
21%
46%
14%
6%
13%
100%
Como se muestra en la Tabla 4, las familias del cantón Cayambe muestran mayores
porcentajes de afectación en la subdimensión bienestar psicológico, comparado con las
familias del cantón Pedro Moncayo, quienes reportan menos afectación en esta dimensión. En
cambio, en la subdimensión funcionamiento social y afrontamiento las familias en general
muestran similares porcentajes de afectación.
Tabla 4.
Cuestionario de Salud General de 12 ítems (GHQ-12)
Ítems de GHQ-12 /subdimensiones de bienestar PUNTUACN TEST GHQ-12
Cantón Pedro Moncayo (n= Cantón Cayambe (n= 129)
123)
0
1 2
3
Total
0
1 2
3
Total
Porcentajes
%
Porcentajes
%
Ítems de GHQ-12
N
No presenta riesgo en la salud mental de las familias <o=16
118
Presenta riesgo medio en la salud mental de las familias >16
129
Presenta riesgo alto en la salud mental de las familias >25
5
Total
252
Genero
Participantes
Femenino >16
41
Femenino < o = 16
50
Masculino > 16
82
Masculino < o =16
74
Masculino > o = 25
3
Femenino > o =25
2
Total
252
Bienestar psicológico
¿Se ha podido concentrar en lo que está
haciendo?
2
38
41
19
100
1
63
33
2
99
¿Ha perdido el sueño por sus preocupaciones?
7
62
28
3
100
0
56
35
9
100
¿Se ha sentido constantemente tensionado?
1
58
36
5
100
2
41
49
8
100
¿Ha sentido que no puede vencer sus
dificultades?
8
69
21
2
100
4
63
32
1
100
¿Se ha sentido triste y deprimido?
5
64
29
2
100
1
70
28
1
100
¿Teniendo en cuenta todo se ha sentido
razonablemente feliz?
1
38
46
15
100
1
59
37
3
100
Funcionamiento social y afrontamiento
¿Siente que usted representa un papel útil en lo
que está haciendo dentro de la sociedad?
2
33
42
23
100
1
47
47
5
100
¿Ha sido capaz de tomar decisiones?
1
29
43
27
100
1
42
53
4
100
¿Ha sentido que no puede vencer sus
dificultades?
8
69
21
2
100
4
63
32
1
100
¿Ha sido capaz de afrontar sus problemas?
1
33
39
27
100
1
50
47
2
100
¿Ha perdido la confianza en usted mismo?
26
56
17
1
100
12
72
15
1
100
¿Ha estado pensando que usted no vale nada?
60
33
5
2
100
44
50
6
0
100
Nota: 0 = Nunca, 1 = A veces, 2 = Muchas veces, 3 = Siempre
Como se muestra en la Tabla 5, la mayoría de familias (51%) de los cantones Cayambe y
Pedro Moncayo muestran un riesgo medio (>16) de síntomas que afectan su bienestar
psicológico, funcionamiento social y afrontamiento.
Tabla 5.
Puntaje global obtenido en el cuestionario GHQ-12
%
47
51
2
100%
La mayoría de participantes masculinos (33%) muestran mayor riesgo (>16), en el puntaje
global obtenido en el Cuestionario de Salud General GHQ-12, comparado con el riesgo para
la salud mental que muestran las participantes femeninas, como se puede observar en la
Tabla 6.
Tabla 6.
Puntaje Global obtenido en el cuestionario GHQ-12
Porcentaje
16%
20%
33%
29%
1%
1%
100%
Al parecer, este estudio es el primero en establecer una línea de investigación centrada en
describir cómo la Covid 19 ha impactado la salud física y mental de un grupo delimitado de
familias ecuatorianas provenientes de zonas rurales, considerando los factores
socioeconómicos y sociodemográficos. A pesar de la limitación de estudios en esta dirección,
se ha encontrado en la literatura previa algunos datos relevantes, que muestran relación con
esta investigación.
En general, la mayoría de familias estudiadas mostraron afectación psicológica y riesgo
moderado para su salud mental. Las familias de Cayambe mostraron más síntomas negativos
para su bienestar psicológico que incidieron en su salud mental, en comparación con las
familias de Pedro Moncayo, quienes reportan mayores niveles de bienestar psicológico.
También la salud física de las familias fue afectada, pues el 46% de los participantes
reportaron haber sido infectados por la Covid- 19, siendo expuestos a aislamiento durante la
fase viral, y el 14% de los jefes de hogar refirieron que estuvieron a cargo de algún familiar
contagiado de Covid-19, quien requirió ser ingresado a la Unidad de Cuidados Intensivos de
un Hospital local. Tal como se ha referido en los estudios previos con otras familias y en
diversas poblaciones (Gallo, 2020; Naranjo et al., 2020; Cuenca et al., 2020), la pandemia
trajo consecuencias devastadoras en las familias, pues los familiares de personas con
coronavirus también sufren de estrés frecuentemente, sintiendo miedo por su salud y de
familiares en amenaza, aunque no hayan tenido antecedentes anteriores empiezan a presentar
los síntomas mencionados (Cholbi, et al., 2021).
El factor desempleo también ha golpeado a la mayoría de familias estudiadas, trayendo con
ello preocupación e incertidumbre, especialmente durante las medidas de confinamiento. Se
pudo comprobar que el 52% de los encuestados actualmente están desempleados. En este
sentido, en el estudio de Gallo (2020), quien estudió los índices de estrés según el género y la
condición laboral en una muestra de familias colombianas, en la cual destacó que la
población femenina fue la más afectada, el 31% mostró ansiedad y el 36% presentó
depresión. Otro grupo afectado fue los que reportaron menos ingresos, mostrando
sintomatología ansiosa depresiva de niveles considerables. Estos hallazgos se muestran
diferentes con nuestro estudio, ya que, el grupo masculino mostró riesgo alto de tener
alteraciones emocionales, comparado con las mujeres que mostraron mayor estabilidad
emocional.
Por otra parte, Gallo (2020) explicó que las personas con menos ingresos se muestran más
ansiosas y depresivas, en cambio en estos resultados no se encontró diferencias respecto al
factor económico, pues muchas familias empleadas y con ingresos percibidos, reportaron
niveles similares de afectación psicológicas comparadas con las familias de bajos ingresos.
Considerando que todas las familias ecuatorianas están expuestas a la Covid-19, algunas con
mayores medidas de confinamiento y estrictas medidas de seguridad que otras, se reconoce
mediante esta investigación que existe un impacto en el bienestar psicológico, el
funcionamiento social y la capacidad de afrontamiento de las familias; estos hallazgos son
consistentes con otras poblaciones del mundo, como lo ha reportado en su estudio Ramírez et
al. (2020), quien manifestó que en las personas existe una alerta constante de riesgo de
contagio, y en aquellas que han sido infectadas las reacciones comportamentales frente al
confinamiento son de miedo, ira, aburrimiento, soledad e insomnio, que puede evolucionar en
desordenes de depresión, síntomas psicóticos e incluso suicidio. Por tanto, la pandemia es el
mayor problema que afronta la población mundial, y frente a ello se deben seguir medidas
emergentes, bajo la responsabilidad de la Organización Mundial de la Salud, como
organización responsable de genera medidas preventivas y de promoción de la salud física y
mental, que garanticen la calidad de vida de nuestras familias.
Durante la implementación del proyecto hubo una limitación significativa como fue el rebrote
por la variante nueva del SARS CoV-2, denominada ómicron, por ello fue casi imposible
realizar las encuestas de manera presencial como se tenía planeado, teniendo que realizarlas
de manera online.
Conclusiones
El 46% de los participantes padecieron la enfermedad Covid-19, afrontando el aislamiento y
las medidas de confinamiento asociadas a la pandemia, lo cual provocó efectos psicológicos
negativos en las familias de los cantones Pedro Moncayo y Cayambe, Ecuador, pues se logró
constatar que el 51% de las familias tienen riesgo moderado de sufrir alteraciones en su
bienestar psicológico, funcionamiento social y afrontamiento, que afectan su salud mental.
El 33% de participantes del género masculino presentaron mayor riesgo de síntomas
negativos, que afectaron su bienestar emocional, funcionamiento social y afrontamiento,
comparado con las participantes del género femenino, quienes presentaron riesgo más bajo de
afectación en su salud mental.
Se evidenc a su vez que las familias del cantón Cayambe poseen más riesgo de desarrollar
alteraciones emocionales, en comparación con las familias del cantón Pedro Moncayo.
Finalmente, se observaron diferencias respecto al nivel de afectación psicológica y algunos
factores sociodemográficos, pues depende en cierta medida de la zona geográfica en el que
habitan las familias, el género al que pertenecen, las condiciones sociales y económicas para
un mejor afrontamiento de la pandemia.
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