estudiante percibe a través de todos los canales sensoriales con naturalidad, que
reconoce y clasifica visualmente objetos según su color y forma, posee noción de arriba-
abajo, dentro-fuera, adelante-atrás, además reconoce figuras geométricas en una sola
dimensión; el niño reconoce cuando es de día, tarde y noche, identifica la secuencia de
los días de la semana. Sin embargo, se está iniciando en discriminación de los meses del
año. Razona de manera coherente al responder preguntas. Su canal de aprendizaje es
visual y auditivo (Fontalvo et al, 2006).
Por otra parte, en el lenguaje compresivo, el estudiante A.M se encuentra en el nivel
pragmático, ya que posee coherencia de los temas que trata, lo cual permite su
desenvolvimiento en sociedad; además, capta las informaciones mediante estímulos
visuales y orales. Se observó que sigue órdenes sencillas por parte de las docentes como
la elaboración de las actividades propuestas en clase. Al momento de realízale preguntas
responde de forma coherente.
“El lenguaje tiene la finalidad de dar forma final al pensamiento; de
prepararlo para la actividad intelectual, a la vez que indica la naturaleza
social de la actividad intelectual del hombre, hecho que le distingue
radicalmente del animal” (Walton, 1993).
En el área socioemocional se muestra que es un niño poco comunicativo y tímido; en las
clases, cuando siente que no puede realizar alguna actividad pide ayuda a los docentes,
lo cual muestra que está interesado y tiene la disposición de aprender, es decir, está
motivado a realizar sus actividades correctamente. Por otro lado, se evidenció que el
niño maneja datos de él y de su familia de manera oral, pues se le dificulta un poco la
escritura. A.M muestra respeto hacia las docentes y compañeros, en cuanto a su género
lo identifica en sí mismo y otros.
Decroly y Freinet (citado en Wittwer, 1961) aplicaron pedagogías relacionadas con el
entorno, con modelos didácticos que permiten transformar lo rutinario a lo nuevo, a la
construcción del conocimiento. En el área académica, en la lectura, el estudiante
identifica las vocales, aunque en ocasiones duda de algunas de ellas; en cuanto a las
consonantes tiene dificultad para reconocerlos tanto en fonemas como sus grafemas. Por
este motivo le cuesta leer textos sencillos, tanto que el mismo educando manifiesta no
saber leer. Al referirnos a la escritura, copia según modelos, es decir todo aquello que
está en la pizarra lo escribe tal cual y de forma ordenada, pero desconoce el significado
de lo escrito, no desarrolla escrituras espontáneas. Por otro lado, en el área del cálculo
matemático realiza operaciones sencillas de adición y sustracción, pero al resolverlas
invierte algunos números. Por ejemplo, el número 3 lo escribe como E, el 7 lo escribe
como F y el 9 como P. Asimismo, reconoce números hasta el 10 con seguridad; se le
dificulta en las decenas, por tanto, no tiene noción de cantidades.
De acuerdo con lo que resultó de la evaluación realizada al estudiante A.M, los aspectos
a mejorar son: el área del lenguaje. Para ello se deben realizar actividades que
impliquen la participación del estudiante, tanto en el aula común, como en el aula
integrada, todo esto con el fin de fortalecer su expresión oral. Por otra parte, se debe
poner mayor énfasis en el trabajo de la lectura y escritura del educando, ejecutando
estrategias que le permitan identificar con seguridad las vocales y consonantes de las
palabras. Sobre la base de las potencialidades y necesidades encontradas en el
estudiante A.M, se planificarán actividades en el ámbito de aula regular, ámbito de aula